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Orar por ellas les da la fuerza del Espíritu

Cada día en todo el mundo, más de 660.000 mujeres dan su vida a Dios, en la oración y la entrega a los demás, según el Anuario Estadístico de la Iglesia. Muchas de estas religiosas además están fuera de sus países, movidas por la vocación a la que han sido llamadas, o en lugares donde los conflictos armados y la pobreza han lacerado las vidas de millones de personas. Son una presencia callada, pero que sostiene la esperanza y llevan el amor de Dios allí donde más se necesita.

Reza esta oración por estas mujeres extraordinarias

Señor Jesucristo, Tú llamas a muchas mujeres a consagrarse de muy diversos modos en la obra de la evangelización. El cuerpo de tu Iglesia, Señor, cuenta con una rica vida consagrada femenina que, con su oración, su sacrificio, su aportación, su confianza y su alegría, animan y fortalecen la misión. Te damos gracias por el gran regalo que son ellas para tu Iglesia.

Señor, envía vocaciones a sus comunidades para que nunca falte este pulmón en la vida de tu Iglesia. Ellas, viviendo en pobreza, castidad y obediencia, nos invitan a vivir aspirando a los bienes del cielo, mientras caminamos en la tierra. Las consagradas testimonian la esperanza de la gloria mientras, con su oración y su servicio diario, atraen esta espera en muchos lugares difíciles: haciendo posible lo imposible, poniendo alegría en la tristeza, consuelo y perdón en la persecución, alivio en el dolor y calor humano en la fría realidad tantas veces deshumanizada. Te damos gracias por la fe, la caridad y el testimonio de tantas consagradas que nos anima a seguirte con sincero corazón.

Ellas van a donde nadie quiere ir; están donde nadie quiere estar; ellas permanecen cuando llega la persecución y todo parece desmoronarse; ellas, como la Virgen María al pie de la cruz, son la Iglesia que continúa en esperanza contra toda esperanza. Solo buscan agradarte con sus vidas mientras confortan las vidas de nuestros hermanos desfavorecidos. Gracias, Señor, por estas testigos de tu misterio pascual.

Concede, oh Dios, a las que Tú has elegido para una vocación de especial consagración, sea dentro o fuera del claustro, manifestar con su conducta un signo claro de tu reino para la Iglesia y para el mundo; concédeles la libertad de espíritu y la comunión fraterna, para que, manteniéndose fieles a su llamada evangélica, sean en todas partes la imagen viva de tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

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Mirar a los demás con los ojos de Dios

“La mirada amorosa y creativa de Dios nos ha alcanzado de una manera totalmente única en Jesús. (…) La mirada llena de amor de Jesús se posa sobre cada uno de nosotros. Hermanos, dejémonos interpelar por esa mirada y dejémonos llevar por Él más allá de nosotros mismos. Y aprendamos también a mirarnos unos a otros para que las personas con las que vivimos y que encontramos —cualesquiera que sean— puedan sentirse acogidas y descubrir que hay Alguien que las mira con amor y las invita a desarrollar todas sus potencialidades”, decía el Papa Francisco en mayo de 2022, con motivo de la 59 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones.

Y añadía el Santo Padre: “Cuando acogemos esta mirada, nuestra vida cambia. Todo se vuelve un diálogo vocacional, entre nosotros y el Señor, pero también entre nosotros y los demás. Un diálogo que, vivido en profundidad, nos hace ser cada vez más aquello que somos: en la vocación al sacerdocio ordenado, ser instrumento de la gracia y de la misericordia de Cristo; en la vocación a la vida consagrada, ser alabanza de Dios y profecía de una humanidad nueva; (…) En general, toda vocación y ministerio en la Iglesia nos llama a mirar a los demás y al mundo con los ojos de Dios, para servir al bien y difundir el amor, con las obras y con las palabras”.

Papa Francisco

Recemos esta oración por Mujeres de vida consagrada