Análisis por regiones

Oriente Medio y Norte de África

ACN Internacional

La región de Oriente Medio y el norte de África continúa siendo una de las áreas más complejas e inestables del globo. En gran medida, los avances positivos observados en los dos años de estudio han sido ensombrecidos por unas tendencias preocupantes y por el conflicto entre Israel y Hamás, que ha disparado un nivel de violencia sin precedentes y desestabilizado aún más la región.

Como era de esperar, muchas de estas grandes tendencias no pueden aplicarse a todos los países de la región ni a los tres adyacentes de mayoría musulmana —Turquía, Pakistán y Afganistán—.

Gestos de gobiernos dirigidos a las minorías religiosas

En ningún Estado de mayoría musulmana existe una libertad religiosa integral. Sin embargo, algunos muestran una mayor propensión a reconocer que el pluralismo religioso es una variable necesaria en cualquier mosaico social. Monarquías islámicas —sobre todo, Jordania y Marruecos— mantienen viva una larga tradición de diálogo interreligioso y una llamada constante a la moderación religiosa.

Desde hace varios años, otros Estados de mayoría musulmana de la región se han unido al adoptar políticas religiosas más tolerantes. En concreto, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) continúan mostrando tolerancia hacia judíos y cristianos. Un ejemplo es la inauguración de la Casa de la Familia Abrahámica en Abu Dhabi en 2023. Este centro multirreligioso comprende una iglesia, una sinagoga y una mezquita. En abril de 2023, la comunidad judía de los EAU pudo celebrar la Pascua. En febrero de 2024, el primer ministro indio, Narendra Modi, inauguró el primer templo hindú de Abu Dhabi.

Marruecos también tomó medidas dirigidas hacia la comunidad judía. En noviembre de 2022, la Universidad Politécnica Mohammed VI en Marrakech inauguró la primera sinagoga del mundo árabe que se encuentra en un campus. Se construyó junto a una mezquita nueva; los dos edificios comparten una pared, símbolo de la unidad religiosa. Sin embargo, no había estudiantes judíos matriculados en la universidad cuando se inauguró la sinagoga; tampoco los hay en julio de 2025. Meses después de la inauguración, Israel reconoció la anexión a Marruecos del Sáhara Occidental. Durante su primera presidencia, y como parte de una estrategia que facilitara tantear el diálogo sobre la normalización de relaciones entre Israel y Marruecos, también Donald Trump reconoció la anexión en 2020.

En febrero de 2023, Omán y la Santa Sede establecieron relaciones diplomáticas plenas. En Baréin, el rey donó una parcela de terreno a la Iglesia ortodoxa y pagó una posible segunda visita del Papa Francisco al país después de que viajara allí por primera vez.

Sin lugar a dudas, estos pasos son positivos. Poco a poco, disminuyen las reservas tan asentadas que rodean en estos países a quien no es musulmán. Sin embargo, con frecuencia se asocian a las intenciones políticas de unos Estados deseosos de presentarse como tolerantes en el marco internacional, pero que actúan casi simultáneamente de forma represiva dentro de sus fronteras, sin conceder una libertad religiosa integral.

El islam político

Una encuesta del Arab Barometer de 2023 demuestra que los ciudadanos jóvenes y adultos de una mayoría de países deseaban que se diera más importancia a la religión en política.

Este deseo se ha manifestado en los patrones de voto. El brazo político de los Hermanos Musulmanes logró un gran éxito en las elecciones de Jordania en septiembre de 2024. Con 31 diputados de un total de 138, el partido islamista se convirtió en la mayor fuerza parlamentaria y cosechó su mejor resultado electoral en 35 años. Las autoridades jordanas prohibieron a los Hermanos Musulmanes en abril de 2025 por haber planeado actos violentos. Sin embargo, se permitió a su brazo político seguir existiendo, aunque se registraron sus oficinas.

Resulta mucho más significativo —por lo pronto, dentro de sus fronteras; pero también por sus ramificaciones internacionales— que la milicia islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS) tomase el poder en Siria a finales de 2024. Cuando comenzó el 2025, se nombró a Ahmed al-Sharaa, líder de HTS, presidente del país durante el «periodo de transición». Sucedió así al longevo presidente Bashar al-Asad, derrocado en una fugaz ofensiva rebelde que puso fin a décadas de gobierno de la minoría alauita. El presidente al-Sharaa es también el fundador de la rama de Al Qaeda, Al Nusrah,221 responsable directo de docenas de ataques contra civiles, como masacres de cristianos y drusos. A pesar de sus comentarios más recientes, que favorecen la libertad religiosa, en una entrevista de 2014, al-Sharaa (antiguo al-Golani) declaró que su objetivo era «que en Siria gobernase la ley islámica, y que no hubiera sitio en el país para las minorías alauita, chiita, drusa y cristiana».

Todavía se desconocen los efectos que tendrá en la libertad religiosa de Siria la toma de poder de HTS. Algunos Estados occidentales reconocen en sus nuevos gobernantes unos interlocutores legítimos. El gobierno británico, en cambio, afirma que Hayat Tahrir al-Sham es «otro nombre para Al Nusra»; al señalar que forma parte de Al Qaeda, lo proscribe como organización terrorista. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas define HTS como un rebrote de Al Qaeda y una organización terrorista. Con todo, Emmanuel Macron recibió en París a comienzos de mayo de 2025 al presidente interino al-Sharaa. El presidente estadounidense Donald Trump también se reunió con él en Arabia Saudí en mayo; en julio de 2025, los Estados Unidos suprimieron al HTS de su lista de organizaciones terroristas.

Los presidentes Macron y Trump reclamaron medidas políticas inclusivas con las minorías de Siria; el hecho que un cristiano y un druso formen parte del gobierno de transición fue una señal muy positiva. El gobierno aseguró a los líderes cristianos que respetaría los derechos de las minorías. Sin embargo, en julio de 2025, estos mismos líderes afirmaron que no podían contar con el presidente al-Sharaa para protegerlos a ellos o a la minoría drusa, y que, desde el punto de vista ideológico, el HTS mantiene su afinidad con el islamismo de línea dura.

En este contexto, la masacre de cientos de alauitas en marzo de 2025 es profundamente inquietante. Estas matanzas también afectaron a los cristianos. Para finales de abril, los enfrentamientos entre drusos y tropas fieles al gobierno se saldaron con la vida de casi cien personas.

Con una mayoría sunní en Siria, no cabe esperar que llegue al poder del país un gobierno laico después de los cinco años del periodo de transición. Hasta el momento, ninguna señal avala esta posibilidad. Al contrario, los cambios incluidos en la constitución interina indican una creciente islamización de la vida pública y política. Entre ellos, se encuentre la declaración de marzo de 2025, que señala que el presidente debe ser musulmán y que la jurisprudencia islámica es la fuente principal de legislación del país.

Islamización

La islamización de la vida pública, que persigue afianzar la aprobación de la población y aumentar la legitimación de los diversos actores políticos, es una tendencia creciente en varias zonas de la región. En Libia, el Gobierno de Unidad Nacional (GRUN), con sede en Trípoli, goza de reconocimiento internacional, si bien sólo controla un tercio del norte del país y ningún territorio del sur. En noviembre de 2024, su Ministro de Interior anunció su plan de reactivar la policía «moral». Añadió que no se permitiría a las mujeres abandonar sus casas sin el velo islámico ni viajar sin un acompañante masculino.

Ese mismo mes, el parlamento iraquí amplió la prohibición de consumo de alcohol a hoteles, bares y clubes; el país se acerca así a una prohibición total. Sin embargo, el norte del país ha ignorado la prohibición. Los kurdos controlan esta región, que aloja a muchos yazidíes; su capital, Erbil, cuenta con una gran población cristiana. La venta de alcohol, de hecho, es de una importancia económica fundamental para minorías como los cristianos y los yazidíes.

La misma tendencia hacia la islamización se observa en Turquía. En 2024, la iglesia del siglo IV San Salvador de Cora abrió sus puertas como mezquita. El proyecto nacional ÇEDES ha generado una oposición considerable; entre otras cosas, indicaba que cada colegio debía nombrar un imán como «consejero espiritual». El Secretariado General de profesores tildó la iniciativa de reaccionaria y afirmó que los profesores no llevarían a sus estudiantes a las sesiones que el gobierno preparaba para ellos.

Resurgimiento del terrorismo islamista

Aunque el terrorismo yihadista en la región no ha alcanzado los niveles de 2014, cuando el Estado Islámico (EI) se expandió territorialmente, sí que ha aumentado desde 2023, sobre todo en Siria.

En enero de 2025, el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) afirmó que el EI estaba resurgiendo en Siria, donde los recientes movimientos en contraterrorismo internacional habían generado unos vacíos de seguridad que podía explotar. De hecho, tales vacíos han permitido su lenta reconstitución en la Siria central.

El yihadismo también se ha extendido a nuevos lugares. En julio de 2024, seis personas (entre ellas, un policía) murieron en un tiroteo sin precedentes en una mezquita chiita en Muscat, la capital de Omán; otras 28 resultaron heridas. Por primera vez en la historia del país, el EI reclamó la autoría del atentado.

El Estado Islámico de la Provincia de Khorasan (ISKP, por sus siglas en inglés) se cuenta entre los numerosos grupos terroristas que desestabilizan Pakistán. Con frecuencia, sus objetivos son civiles y minorías religiosas, sobre todo musulmanes chiitas y facciones suníes rivales, como los talibanes. Puesto que los talibanes han intensificado su campaña contra el ISKP en Afganistán, muchos de sus combatientes se han trasladado a Pakistán, donde han construido redes en áreas rurales y urbanas. El resultado es un aumento llamativo de la violencia, que se caracteriza por el grado de sofisticación de los ataques dirigidos contra las minorías religiosas. Y lo mismo ocurre en Afganistán, donde la libertad religiosa ha desaparecido por completo desde que los talibanes regresaran al poder en 2021. Además de someter a las minorías religiosas (como los sufíes y chiitas) a una discriminación muy severa, los gobernantes de facto son incapaces de protegerles contra el ISKP.

El conflicto en Tierra Santa

El conflicto entre Israel y Hamás ha provocado unos niveles de violencia nunca vistos. El ataque terrorista que Hamás inflingió a Israel el 7 de octubre de 2023 resultó en la mayor masacre de judíos desde la Segunda Guerra Mundial. La respuesta militar de Israel ha destruido muchas zonas de la Franja de Gaza, ahora del todo inhabitables; en julio de 2025, el número de muertos superó los 60.000; el de las personas heridas y en situación de hambruna es aún más elevado. Israel ha sentado un precedente letal al haber acabado con la vida de 400 trabajadores humanitarios y de 1.300 miembros del personal sanitario, ignorando los Convenios de Ginebra, de los que es un país firmante. Las mezquitas e iglesias de Gaza han sufrido destrozos considerables. Jueces de la Corte Penal Internacional acusan a ambas partes de haber cometido crímenes de guerra.

Como consecuencia de la guerra, la división entre la población judía y árabe de Israel sólo ha aumentado. La coalición de extrema derecha dirigida por el primer ministro Benjamín Netanyahu ha agravado la división religiosa y étnica del país. La visita del ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, al Haram al-Sharif (el Monte del Templo) en Jerusalén sólo echó más gasolina al fuego. Su resultado fue un enfrentamiento entre musulmanes y las fuerzas de seguridad israelíes. Mientras tanto, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, negó durante un discurso ante las Naciones Unidas en Nueva York que el Templo de Salomón hubiese estado en Jerusalén.

Los cristianos de Israel, por su parte, han sufrido un grado de violencia y desprecio sin precedentes; sus instituciones y líderes se han convertido en uno de los objetivos de los judíos más fanáticos. El impacto de la guerra en el turismo religioso ha favorecido todavía más el debilitamiento económico de los cristianos en Tierra Santa.

El conflicto entre Israel y Hamás también ha disparado una oleada de antisemitismo en la región. En octubre de 2023, un policía egipcio disparó y mató a dos turistas israelíes en Alejandría; además, el yihadismo, que se ha puesto de parte de Palestina contra Israel, adquiere más y más impulso.

La guerra en Gaza también ha detenido, al menos temporalmente, el acercamiento de Estados árabes como Arabia Saudí a Israel. Además, el conflicto entre Irán e Israel se ha intensificado, con una confrontación directa entre los dos estados.

Los cambios de tendencia en geopolítica perjudican a los poderes chiitas

Se han configurado nuevos equilibrios de poder en la región, en detrimento del islam chiita. Esta situación es evidente en Siria, tras la llegada al poder de los suníes del HTS y el derrocamiento del presidente Asad, miembro de la secta alauita, perteneciente al chiismo. En Siria y el vecino Líbano, las operaciones militares de Israel han debilitado gravemente a la milicia chiita Hezbolá; el asesinato de su carismático líder Hasán Nasralá en Beirut dejó a la organización sin cabeza. En Irak, las poderosas milicias respaldadas por Irán anunciaron que consideran su desarme para evitar una escalada violenta y el posible conflicto con la Casa Blanca de Trump. El cambio de liderazgo en Siria y el debilitamiento de Hezbolá en Líbano han limitado considerablemente la influencia chiita de Irán en toda la región. El régimen ha respondido aumentado la represión interna; además de las mujeres que se niegan a vestir el pañuelo obligatorio para cubrirse la cabeza entre sus víctimas se encuentran las minorías religiosas del país, como los sunníes, bahaíes y cristianos conversos del islam. En la última década, el número de cristianos en el país es más del doble, cifra que desafía una tendencia en la región; en total, ya superan el millón.

Condiciones socio-económicas en declive

Según el Programa Mundial de Alimentos, la región ha experimentado «un nivel de crisis sin precedentes, con millones de personas atrapadas en la pinza de un conflicto implacable, de la agitación política, de una crisis de refugiados abrumadora y de una creciente recesión económica». Los países del Magreb han asumido una política dura contra los migrantes subsaharianos que intentan alcanzar Europa; Túnez ha creado más de 10.000 sintecho al quemar sus asentamientos provisionales. El elevado precio de la comida añade presión a la crisis, con una inflación por los aires en varios países de la región —de más del 250 % en Gaza al final de 2024 y del 79 % en Siria—. Con todo, la supresión (efectuada por el presidente Trump) de las sanciones económicas estadounidenses a Siria en mayo de 2025 supuso una señal de relativa esperanza económica. El Reino Unido y la Unión Europea también han aligerado o levantado sus sanciones al país, algo que las iglesias locales les habían rogado durante años que hicieran.

A pesar de las optimistas perspectivas, Irak se ha enfrentado a la caída del precio del petróleo. En mayo de 2025, el Fondo Monetario Internacional avisó de que estos vaivenes estaban pasando factura a la economía iraquí y exacerbando las vulnerabilidades de todo el país. Los ataques a los campos petroleros en el norte del país, bajo control kurdo, sólo han agravado la caída de los precios; en total, han paralizado el 70 % de la producción de petróleo de la región; su primer ministro denomina a los autores de estos ataques «milicias criminales al servicio del gobierno iraquí». En gran medida, el presupuesto del Estado iraquí depende de los ingresos del petróleo; esta situación contribuye a generar una economía ya frágil y podría tener graves repercusiones sociales y políticas, como la aceleración del éxodo en curso de cristianos y otras minorías religiosas del país. 

Conclusión

Una vez más, Oriente Medio y el norte de África demuestra ser una región altamente inestable desde el punto de vista político, económico y de seguridad. En este tiempo, los conflictos han crecido más del doble; en total, la contribución de la región al recuento de desastres globales desde 1990 se ha multiplicado por seis. La causa principal de este aumento es el conflicto entre Israel y Hamás. Las condiciones socio-económicas no dan señales de mejora —de hecho, han empeorado y aumentado la vulnerabilidad de las minorías religiosas—. La elección del general Joseph Aoun como presidente de Líbano, en enero de 2025, es una señal alentadora; su elección ha puesto fin a más de dos años de gobierno vacante y supone un paso positivo hacia la restauración de la estabilidad institucional.

También se han observado algunos movimientos alentadores en lo que respecta a la libertad religiosa; por ejemplo, la propuesta de ley de estado personal para los cristianos en Egipto. La inauguración de la Casa de la Familia Abrahámica en Abu Dhabi, fruto de la visión del Papa Francisco, también demuestra que la libertad religiosa es posible en un país islámico estable y que resulta un valor inherente a los que ya comparten las religiones abrahámicas, como la creencia en el derecho a la vida y el derecho de los padres a inculcar valores morales a sus hijos, la complementariedad de los sexos y el deseo de salvaguardar los lugares sagrados y honrar a los propios líderes religiosos. Sin embargo, en general, la región no avanza de forma sustancial hacia una libertad religiosa integral para todos sus habitantes.

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