
Ref. Proyecto: ID 141-02-79
› Apoyo a la formación de 76 futuros sacerdotes en Nigeria
En un país donde ser sacerdote implica riesgo de muerte, 76 jóvenes se preparan para servir a Dios y a su pueblo. Este proyecto garantiza un año más de formación espiritual y académica en Nigeria. Gracias a tu ayuda, sus vocaciones podrán seguir adelante.
Nigeria es uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el sacerdocio. En los últimos diez años, más de 150 sacerdotes han sido secuestrados y al menos una docena ha sido asesinada. A pesar de esta situación extrema, el número de vocaciones no sólo no disminuye, sino que sigue creciendo con fuerza.
Este proyecto apoya la formación de 76 jóvenes seminaristas de la congregación Hijos de María, Madre de la Misericordia, fundada en 1970 en el sureste de Nigeria. Se trata de un grupo firme y comprometido que responde con fe al llamado sacerdotal, sabiendo que su camino no será fácil, pero profundamente convencidos de su misión de servir a Dios y a su comunidad.
La ayuda cubre un año completo de formación espiritual, académica y comunitaria. Estos futuros sacerdotes recibirán preparación teológica, humanística y pastoral en un contexto en el que la presencia de la Iglesia es más necesaria que nunca. A través de su formación, se cultivan líderes espirituales capaces de llevar consuelo, guía y esperanza allí donde más se necesita.

› Formar futuros sacerdotes en un entorno de persecución
El objetivo del proyecto es sostener a estos 76 jóvenes durante una etapa decisiva en su preparación. En un país donde los sacerdotes son perseguidos por su fe y su labor pastoral, contar con pastores bien formados, resilientes y profundamente comprometidos es esencial para mantener viva la fe y el acompañamiento espiritual de la población.
La congregación se distingue por su espíritu misionero y por su fuerte compromiso con los más desfavorecidos. Sus miembros no solo predican la Palabra, sino que están presentes allí donde el sufrimiento es más tangible: en zonas rurales, comunidades olvidadas, y regiones donde la violencia y la pobreza han dejado profundas heridas.
A través de este proyecto, no solo se forma a 76 seminaristas, sino que se construye el futuro de la Iglesia en Nigeria, garantizando la continuidad de una labor pastoral y evangelizadora que transforma vidas incluso en medio de la adversidad.
«El sacerdote es un testigo vivo de Cristo en medio de un pueblo que sufre. Formarlos es invertir en el futuro de la fe en Nigeria», asegura el hermano John Paul, religioso de la congregación.
Tu donación se destinará a este proyecto o proyectos similares.