» TESTIMONIO
Padre Melatios: “La esperanza que nace de la Resurrección no puede ser destruida”
En Siria, la esperanza resiste entre las ruinas
El 22 de junio de 2025, un atacante suicida detonó una bomba dentro de la iglesia ortodoxa griega de Mar Elías durante la Divina Liturgia en Damasco, Siria, matando al menos a 30 personas y dejando 54 heridos.
Entre los escombros y el impacto, el padre Melatios Shtahi, archimandrita de la Iglesia en Siria, se convirtió en un testigo de la esperanza, que permanece incluso cuando la vida de una comunidad se desmorona en segundos.
La herida de un pueblo golpeado por el miedo
El padre Melatios recuerda cómo la celebración litúrgica se convirtió de inmediato en caos. Familias enteras quedaron afectadas por la pérdida, y una comunidad ya cansada por años de conflicto volvió a enfrentarse a la violencia.
“No podemos aferrarnos a la esperanza desde el exterior”, explica. Tras una tragedia así, reconoce que las palabras por sí solas no alcanzan para sostener a quienes han perdido tanto: “La gente sufre, y no podemos simplemente pedirles que estén mejor”.
El dolor está ahí, es profundo, y no desaparece con explicaciones. Aun así, él permaneció junto a los heridos y a las familias, consciente de que una presencia cercana o un gesto sencillo podían ayudar en un momento tan difícil.
Una esperanza que nada puede destruir
Para el padre Melatios, la esperanza de su comunidad no depende de fuerzas humanas, sino de la fe en Cristo Resucitado.
“Cuando veo a alguien que sufre, debo darle esperanza, no solo con palabras, sino también mediante la acción”, afirma. «Esa esperanza —la que nace de la Resurrección— es la que permanece firme», asegura.
Tras la explosión, la comunidad de Mar Elías lo vivió de forma concreta. Entre los restos del templo, surgió una fuerte unidad: vecinos, voluntarios y fieles colaboraron para acompañar, ayudar y empezar a reconstruir.
“Cualquier pequeño acto de amabilidad puede cambiar la vida de alguien”, recuerda.

› Gracias a tu ayuda, la esperanza se hace presente
El apoyo de personas comprometidas con el Evangelio, permite acompañar a las familias afectadas, estar cerca de los heridos y mantener la vida comunitaria y sacramental en Mar Elías.
Con tu ayuda podemos colaborar en la atención a las víctimas, ofrecer apoyo pastoral, proporcionar materiales para la reconstrucción y acompañar a la comunidad en su proceso de recuperación. Cada gesto de solidaridad contribuye a que quienes han sufrido violencia puedan levantarse.







