Así ayudan los estipendios de Misas a cientos de sacerdotes pobres en Ecuador
› El padre Walter Coronel, nos cuenta desde Portoviejo, en la costa central ecuatoriana, cómo sobreviven en las zonas rurales y allí donde el terremoto de 2016 golpeó con más fuerza
ACN.- En todo el mundo miles de sacerdotes de comunidades pobres y aisladas reciben apoyo de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), a través de estipendios de Misas, para poder sobrevivir y continuar con su misión. Es el caso de la Archidiócesis de Portoviejo, en la costa central de Ecuador. En esta región se produjo un terrible terremoto en el año 2016 que dejó centenares de víctimas mortales, así como miles de personas que perdieron sus casas y decenas de iglesias quedaron destruidas. Las consecuencias se siguen notando hoy. El padre Walter Coronel da cuenta de la labor de la Iglesia allí y de cómo los estipendios de Misas sostienen a muchos sacerdotes de Portoviejo, sobre todo en las zonas rurales, donde las comunidades son muy pobres y a pesar de su generosidad no alcanzan para apoyar a sus presbíteros.
«A la pobreza y las consecuencias del terremoto se suman ahora la tremenda crisis por el coronavirus. En el caso de Ecuador, la situación es especialmente triste porque continúan los contagios diarios. No existen cifras fiables oficiales de contagios diarios y fallecidos por esta pandemia, pero son muchos los afectados«, comenta el padre Coronel en una entrevista para el programa «Perseguidos pero no olvidados» de ACN en Radio María.
Añade que su diócesis posee un amplio territorio, «hay muchas zonas rurales, con pueblos de campesinos. Nuestros párrocos visitan las aldeas, celebran los sacramentos, animan a las comunidades. Además de esto, ellos acompañan otros servicios sociales como es el apoyo a la salud, ayuda a la escolaridad, en algunos lugares se involucran incluso en la construcción de pozos porque la vida de nuestros sacerdotes es muy activa».
Comunidades comprometidas con el Evangelio pero con pocos recursos
En Portoviejo valoran mucho la ayuda aportada a través de estipendios de Misas, porque permiten sobrevivir a estos sacerdotes. Habitualmente, las comunidades rurales están muy comprometidas con las actividades de las parroquias y se involucran mucho en la vida de fe, pero no poseen suficientes recursos para mantener a sus sacerdotes. «Con estos estipendios ayudamos a muchos sacerdotes para que puedan celebrar y asegurar la celebración diaria de la Misa, pero también para que puedan tener un medio de vida para cubrir sus necesidades más básicas, como el transporte para acudir a las comunidades más lejanas. Esta ayuda también es a veces para cubrir la alimentación o la salud, por si necesitan un medicamento, o un tratamiento especial. Actualmente tenemos a dos sacerdotes que están ingresados por Covid-19 y necesitan de este tipo de ayuda», afirma el padre Coronel.
Hace ya cuatro años del terremoto que tuvo su epicentro en Pedernales, una localidad que pertenece a la Archidiócesis de Portoviejo. Gracias al apoyo de ACN numerosas parroquias que habían quedado destruidas se pudieron volver a poner en pie, pero aún hay iglesias que siguen dañadas. También hay muchas familias en las zonas rurales que no han podido reconstruir sus casas y siguen viviendo en carpas. El padre Coronel junto con otros sacerdotes de Portoviejo están llevando a cabo planes para reconstruir estos hogares, «Pero estas personas a pesar de esta difícil situación no pierden la esperanza y la alegría, yo diría que ellos están llenos de Jesús, porque Jesús es su alegría».
Sacerdotes junto a los enfermos y pobres
Son numerosos los testimonios de la tremenda labor de los sacerdotes de Portoviejo en estos momentos. El padre Kevin Deakin, misionero irlandés de los Siervos del Hogar de la Madre, desde el comienzo de la pandemia del coronavirus no ha dejado de acudir al hospital todos los días para atender las necesidades espirituales de los enfermos. El padre Giovanni Pico, de una zona rural llamada San Plácido, durante la pandemia ha recogido fondos entre los fieles que tienen más posibilidades y los llevaba a las personas que realmente están pasándolo muy mal, porque han perdido su trabajo. Sobre todo los vendedores ambulantes o los que tienen sus negocios en la calle.
«Cada sacerdote de nuestra diócesis y del mundo ha tenido sensibilidad con la situación del coronavirus y ha hecho todo lo posible por ayudar a los más afectados. Aquí hay gente que ha perdido todo, que trabajaban en la venta ambulante y ahora no pueden por el confinamiento, estamos atendiéndolos y dándoles la ayuda que necesitan», reconoce el padre Walter, que lanza un mensaje de agradecimiento y unidad: «Hacemos nuestras las palabras del Santo Padre en estos últimos días: “Estamos en la misma barca”. Y también el Papa en sus últimas catequesis nos animaba “estamos con Jesús, no perdamos la esperanza”. Hay momentos difíciles de tinieblas, de miedo, pero Jesús es nuestra fuerza y nuestra esperanza, si nos mantenemos en Él seguramente podremos salir adelante y podremos sonreír, que es lo que quiere el Señor, vernos felices».
- Escucha aquí la entrevista al padre Walter Coronel, en el programa «Perseguidos pero no olvidados» de ACN en Radio María, a partir del minuto 19:05: