La conquista de los corazones hacia el perdón en Ucrania

ACN.- El combate con los misiles y bombardeos se produce sin piedad y sin tregua en el este del país, en la frontera con Rusia. Sin embargo, todo el país sufre una guerra silenciosa, invisible. Todos los ucranianos padecen heridas psicológicas de un sinsentido que no tiene fin. El goteo de muertes diario es extenuante y la pregunta por su significado abre la herida en canal. 

Formación para curar almas 

Con un realismo impresionante, la Iglesia en Ucrania ha decidido impulsar un gran programa integral en todas las diócesis del país, para la sanación de traumas y para sacar adelante a mujeres viudas y a huérfanos. Se trata de la formación de sacerdotes, religiosos/as, profesores y laicos para enseñarles la mejor manera de acompañar a la población y curar sus heridas psicológicas por la guerra. 

Si la urgencia pastoral ahora es la sanación del trauma, hay que formarse, nos decía el padre Oleg Salomon, que es también capellán y psicólogo en la archidiócesis de Lviv. Trabaja sin descanso y, como el resto de los sacerdotes de todo el país, reconoce que es un trabajo muy duro. “Siempre me preguntan: ¿por qué? ¿por qué mi hijo? A menudo hay mucha rabia y mucho dolor”, explica. 

Este plan integral tiene previsto formar en la atención psico-espiritual a centenares de personas con la organización de cursos en todas las diócesis. La demanda de esta ayuda no deja de aumentar. 

Los sacerdotes y religiosos aprenden psicología, aunque también muchos de ellos tienen que hacer terapia después de escuchar tanto dolor. Es conmovedor ver a los pastores llorar junto a su pueblo y saber que todos los sacerdotes del país se han quedado, excepto uno que decidió irse a Europa. 

El trauma es infinito 

Huérfanos, viudas, soldados que regresan del frente y tienen que enfrentarse a pesadillas, depresión… Niños que han perdido el habla tras la experiencia de vivir un bombardeo, familias rotas porque la mitad se encuentra refugiada en el oeste de Europa. El trauma es infinito. 

Estos cursos de atención al trauma también se imparten en las zonas bélicas más castigadas del país: Donbás, Jarkov y Zaporizhazhya. Bajo el lema “Cómo hablar con los soldados y sus familias”, más de 170 personas se están formando para atender el dolor de los que se encuentran en primera línea de batalla. 

La cabeza de la Iglesia greco católica, Mons. Sviatoslav Shevchuk es bien consciente de que la superación total de todo el estrés postraumático viene de la fe. “Los momentos de mayor dolor, son aquellos de mayor conversión. Y sólo el amor auténtico del Señor hace que nos agotemos y nos dejemos abrazar por Él”, decía en nuestra visita. 

La gran batalla del perdón 

“Las heridas de esta guerra son muy profundas y dolorosas y sólo el amor misericordioso será capaz de curarlas. Si el miedo y el odio se apoderan de nosotros seríamos esclavos de ellos. Aunque el odio es normal por la agresión que sufrimos, sucumbir a él significa que tiene una victoria sobre mi corazón. No debemos sucumbir a él, no debemos permitir que gane en nuestros corazones”, nos explicaba Mons. Shevchuk. Por ello la Iglesia necesita prepararse para “otra gran batalla”: la conquista de los corazones hacia el perdón y la reconciliación de su gente, segura de que el mal nunca tiene la última palabra. Tampoco en esta guerra en Ucrania. ¿Les ayudas a hacerlo realidad?