P. Thaddeus Ekene con algunos feligreses en Nigeria. (ACN)
4 enero 2024

Los estipendios de Misas curan el alma de los sacerdotes nigerianos

El P. Thaddeus Ekene, de Abuja: “Donde sea que el pueblo de Dios esté, los sacerdotes deben atenderlo»

ACN.Ser sacerdote en Nigeria podría calificarse como una profesión de alto riesgo, por muchos motivos… En este país africano las condiciones de vida son muy, muy pobres. En muchos lugares, la gente ni siquiera tiene agua, luz, comida tres veces al día o un acceso mínimo a los servicios de salud. Y, además de todo esto, hay que sumar los graves problemas de seguridad que atraviesa el país. Los secuestros, la violencia y las constantes vejaciones contra los cristianos están dejando una huella permanente no sólo en los fieles sino, especialmente, en los sacerdotes que les asisten. 

El P. Thaddeus Ekene, de Abuja, en el centro de Nigeria, reconoce que su vocación no es fácil pero sabe que la providencia del Señor es real: “Donde sea que el pueblo de Dios esté, los sacerdotes deben atenderlo. Dondequiera que la fe brote, esa fe debe siempre ser sostenida. Y es por eso que tenemos esperanza y oramos para que hombres y mujeres de buena voluntad, como ustedes, vengan en nuestra ayuda y nos apoyen”. 

Este joven sacerdote ejerce cada día su labor al servicio de la Iglesia y del pueblo que sufre, a pesar de todo el dolor y la inseguridad que le rodea y que él conoce en primera persona. Sin embargo, lejos de dejar el sacerdocio, el sufrimiento que vive a su alrededor unido a su gran confianza en el Señor, le impulsan a seguir adelante cada día y a continuar ayudando a sanar las heridas físicas y espirituales, no sólo de sus fieles, sino de todo el pueblo, sea creyente o no, que está sufriendo. 

A la creciente inseguridad que atraviesa el país se suma que en Nigeria más de la mitad de la población, unos 130 millones de personas, vive sumida en la extrema pobreza. De hecho, los cristianos son tan pobres que no pueden ayudar materialmente a sus sacerdotes y el clero no recibe ningún sueldo por parte de la Iglesia o del Estado. Como el padre Thadeus, son muchos los sacerdotes nigerianos que necesitan ayuda económica para salir adelante cada día y cubrir sus necesidades, desde las más básicas, como la comida o la ropa, pero también para poder pagar los tratamientos psicológicos que, en algunos casos, ellos también necesitan, para recuperarse de los traumas vividos. 

Afrontar el coste de todo esto sería impensable sin la ayuda que el padre Thadeus y otros muchos sacerdotes nigerianos que reciben de los estipendios de Misas de Ayuda a la Iglesia Necesitada. De esta manera, pueden salir adelante, continuar con sus tratamientos y cubrir sus necesidades esenciales.

Estipendios de Misas que curan el alma

El padre Felix era sacerdote en la parroquia de St. Ann, un lugar especialmente difícil de la diócesis de Zaria, al norte de Nigeria. De las ocho zonas asociadas a esta parroquia, seis han sufrido ataques violentos en los que los feligreses fueron secuestrados y sólo liberados después de pagar un rescate. Sin embargo, esto que podría parecer el argumento de una película, es una situación muy real y extendida en pleno siglo XXI en Nigeria.

Como suele ocurrir en estos casos, el mismo padre Felix también ha vivido la misma suerte de sus feligreses. En marzo de 2022 fue secuestrado y maltratado casi hasta la muerte e, incluso, recibió disparos en su pié izquierdo. En estas condiciones, tuvo que sobrevivir varias semanas antes de su liberación. Las heridas de su cuerpo y, especialmente las de su alma, todavía permanecen. A pesar de todo el sufrimiento, lejos de dejar el sacerdocio, quiere continuar ejerciendo su labor en la parroquia del Sagrado Corazón de Wusasa, próxima al hospital donde recibe tratamiento y a la vez seguir con la terapia para superar el trauma por lo vivido. Afrontar el coste de todo esto sería impensable para el P. Félix, sin la ayuda que recibe de los estipendios de Misas, de los benefactores de Ayuda a la Iglesia  Necesitada, con los que puede salir adelante, continuar con sus tratamientos y cubrir sus necesidades esenciales. Su proceso de sanación es fundamental para continuar ayudando también a curar las heridas físicas y espirituales de sus fieles.

Como él, son muchos los sacerdotes que reciben ayuda económica a través de estos estipendios. Sólo en 2022 se llevaron a cabo 22 proyectos para atender a las solicitudes de los obispos o superiores de todo Nigeria, ya que la mayoría del clero del país trabaja en lugares donde los cristianos son discriminados o perseguidos. Pero estos sacerdotes y otros muchos siguen necesitando esta ayuda imprescindible para ellos y para la recuperación psicológica y espiritual de sus respectivas comunidades en Nigeria.

El castigo de la pobreza

En Nigeria, más de la mitad de la población (130 millones de personas) vive sumida en la extrema pobreza. Los cristianos son tan pobres que no pueden ayudar materialmente a sus sacerdotes, ya que el clero no recibe ningún sueldo por parte de la Iglesia o del Estado. Por eso, para la mayoría de ellos, la ayuda que reciben de los benefactores de ACN es su única fuente de ingresos, fundamental para sus esfuerzos de evangelización.

Esta Iglesia pobre y perseguida necesita tu ayuda para seguir siendo consuelo para una población mártir, pero con una fe muy viva.

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