La Iglesia de África que habla español: «No estamos al margen de las dificultades, hay mucho paro y mucha población rural»
Entrevista con el padre Benjamín Bosepa, vicario de la archidiócesis de Malabo, sobre las necesidades de los católicos y los desafíos de Guinea Ecuatorial
ACN.- Una delegación de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) ha visitado recientemente a la comunidad católica de Guinea Ecuatorial, el único país de África cuyo idioma oficial es el español. El padre Benjamín Bosepa, vicario de la archidiócesis de Malabo, compartió una entrevista sobre las necesidades de los católicos y los desafíos del pequeño país africano en el programa «Perseguidos pero no olvidados» de Radio María.
¿Cuéntenos padre en qué parroquia de la arquidiócesis de Malabo trabaja usted y cuáles son las principales actividades que realizáis?
Dada mi responsabilidad en la curia diocesana, prácticamente trabajo en todas las parroquias. Pero dada la escasez de clero ejerzo de párroco en la parroquia de Nuestra Señora del Pilar en Sampoca, un pueblo de las afueras de la capital Malabo. Afortunadamente nuestro templo parroquial cumplió 100 años de existencia el pasado 2 de enero. Con ocasión de este primer centenario la Santa Sede nos ha concedido un año jubilar especial con indulgencias plenarias. Pero nuestro templo está en mal estado, hay que reparar el tejado y el retablo que es una verdadera obra de arte muy antigua. Además hace falta ampliar el templo porque ha crecido mucho la comunidad, necesitamos además aulas para la catequesis y los diversos grupos parroquiales. Las principales actividades es la vida sacramental, la catequesis para niños y jóvenes, encuentros de formación, ensayos de música sacra, se ofrece formación para matrimonios y desde Cáritas parroquial apoyamos a los más necesitadas: enfermos, ancianos y familias expatriadas.
Una de las dificultades más notables que tenéis allí es el sostenimiento de los sacerdotes, ¿Cómo os las apañáis para poder tener un sustento con el que vivir?
Efectivamente tenemos un gran problema de autofinanciación. Nuestros fieles reconocen esta situación y son muy generosos, pero su ayuda no es suficiente para sostener al clero y para que tengamos un sustento digno. Por este motivo todos los sacerdotes solemos dedicarnos también a la educación como docentes.
Muchas personas piensan en las riquezas de Guinea Ecuatorial como por ejemplo el petróleo y los demás recursos minerales, pero la realidad es diferente. ¿Cómo es la situación de la población guineana, como es el día a día y cuáles son los problemas a nivel social a los que se enfrenta?
El papa San Juan Pablo II siempre decía que «nadie es tan rico que no necesite del pobre y nadie es tan pobre que no tenga nada que dar». Muchos países del mundo han explotado y explotan petróleo pero no se bastan ni niegan el apoyo de otras organizaciones internacionales. Además algunos recursos naturales como el petróleo a medida que se van explotando, también escasean. Aquí no estamos al margen de las dificultades, hay mucho paro y mucha población rural. No hay que olvidar que como Iglesia somos todavía territorio de misión, así que estamos necesitados de nuestros hermanos que tienen todavía más posibilidades económicas que nosotros. Así que toda ayuda que recibimos es bienvenida.
¿Qué otras necesidades a nivel nacional tiene la Iglesia en Guinea Ecuatorial?
Necesitamos apoyo para la reconstrucción de iglesias. Nuestro clima, con un 100% de humedad, hace que nuestros templos se deterioren pronto. Por otro lado, somos un país joven en crecimiento, constantemente hay nuevos núcleos urbanos que necesitan la erección de nuevas parroquias. Por tanto, también necesitamos ayuda para construir nuevas iglesias.
Estos días habéis recibido la visita de un equipo de Ayuda a la Iglesia Necesitada, ¿cómo ha sido la experiencia?
De nuestra parte ha sido una gran alegría esta visita a nuestra comunidades urbanas y rurales. Valoramos mucho la cercanía física y la sensibilidad humana, espiritual y pastoral que hemos percibido en ellos. Con esta cercanía hemos confiado todavía más en el apoyo de esta institución pontificia.