
Ref. Proyecto: 125-01-29
Tu generosidad puede hacer que los sacerdotes de Burkina Faso lleguen hasta los fieles más lejanos con el mensaje del Evangelio.
› Sacerdotes que recorren kilómetros para estar cerca de su pueblo
La diócesis de Tenkodogo, en Burkina Faso, fue creada hace apenas trece años y abarca más de 10.000 kilómetros cuadrados, una extensión tan grande como algunos países pequeños. En este gran territorio viven 200.000 católicos repartidos en aldeas remotas y de difícil acceso.

Solo 35 sacerdotes atienden a los fieles de las doce parroquias existentes, recorriendo largas distancias bajo el sol o por caminos embarrados. En muchas comunidades, su presencia es el único vínculo con la Iglesia y una fuente de consuelo para familias que viven en condiciones de pobreza extrema.
› Un país pobre y marcado por la inseguridad
Burkina Faso figura entre los países más pobres del mundo. A la difícil situación económica se suma una creciente inestabilidad provocada por el terrorismo yihadista, que ha obligado a miles de personas a abandonar sus hogares. Las parroquias acogen a desplazados, compartiendo con ellos lo poco que tienen.
Aun así, el obispo Mons. David Koudougou no pierde la esperanza: “Queremos expresar toda nuestra gratitud a Ayuda a la Iglesia Necesitada por su notable apoyo. Seguimos contando con vosotros. ¡Que Dios os bendiga!”.
El año pasado, gracias a la generosidad de los benefactores, siete jóvenes sacerdotes recibieron motocicletas que les permiten visitar las aldeas y celebrar los sacramentos. Ahora, el obispo desea fundar dos nuevas parroquias en el oeste de su diócesis y necesita equipar a los cuatro misioneros que las atenderán.

› Cuatro motocicletas para seguir evangelizando
Con 13.300 euros, es decir 3.325 por motocicleta, los sacerdotes podrán llegar a los fieles más alejados, visitar enfermos, celebrar la Misa y acompañar a las comunidades que viven aisladas.
Estas motocicletas no son un lujo: son un medio para llevar el Evangelio, la esperanza y la cercanía de Dios a los lugares donde más se necesitan.
Gracias por ayudar a los sacerdotes de Burkina Faso a seguir llevando el Evangelio hasta las aldeas más remotas












