› 20 congregaciones necesitan tu ayuda para llevar a cabo su misión con ancianos, huérfanos, hospitalizados…
La mano de las religiosas en Ucrania la puedes encontrar en todas partes: en las escuelas y en los orfanatos, en las residencias de ancianos, en los hospitales, en las sacristías y en la educación religiosa en las parroquias. ¿Qué sería de la población ucraniana sin ellas?
Están siendo años extremadamente duros y trágicos para los ucranianos, incluso más si cabe, para los que tienen la doble misión de sostener a la población y de sostenerse a sí mismos. La situación es más difícil aún en invierno, a menudo sin luz ni calefacción. Los precios se multiplican… “Es imposible sobrevivir sin vuestra ayuda”, nos dice Vitalij Kryvytskyj, obispo de la diócesis católica romana de Kiev-Zhytomyr.
La salud de muchas hermanas se está viendo deteriorada debido al estrés constante y a las noches de insomnio, por las frecuentes alarmas.
Necesitan tratamientos médicos pero también ayuda para el mantenimiento de sus casas, calefacción, ropa de abrigo, zapatos y otros bienes de primera necesidad. Solo si tú les ayudas podrán servir mejor a los ancianos, adultos, jóvenes y niños a los que atienden.
Los benefactores de Ayuda a la Iglesia Necesitada vienen ayudando a las religiosas de Ucrania desde hace años pero ahora necesitan tu apoyo más que nunca para afrontar este año 2024.
Con una ayuda de 500 euros, o lo que es lo mismo 42 euros al mes, cada hermana podrá cubrir sus necesidades básicas, especialmente atención médica, durante todo un año. ¡Ayúdalas!
Hemos estado recientemente en aquel país. Te presentamos a las Hnas. de la Sagrada Familia de Nazaret y a las Hermanitas del Inmaculado Corazón de María, que conocimos durante nuestra visita.
Las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret
Ellas tienen un pequeño convento en Kiev y dirigen una guardería.
Recuerdan que aquel 22 de febrero de 2022, tuvieron que buscar refugio en el sótano de la iglesia, ante los ataques indiscriminados de las tropas rusas. Pasados unos días se les unieron 20 evacuados de la ciudad de Chernihiv, que habían permanecido en los sótanos de sus casas durante quince días. Por las noches, las hermanas lloraban hasta quedarse dormidas… En marzo, las tropas rusas se retiraron de Kiev, pero las religiosas continuaron acogiendo a los desplazados.
«Cada día 500 personas esperaban junto a la valla a que les diéramos sopa caliente», recuerda la hermana Bohumila. A veces nos quedábamos sin electricidad y solo contábamos con el alumbrado público. Durante este tiempo, las hermanas organizaban clases escolares para los niños desplazados y los que vivían por la zona.
Ahora parece haber cierta normalidad, nos cuentan. En la iglesia «María, Madre de la Iglesia», las hermanas llevan a cabo servicios religiosos y catequesis. Han vuelto a abrir la guardería. En caso de alarma, continúan sus actividades en el refugio. Sin embargo, al mirar a los niños y los rostros cansados de las hermanas se puede intuir por lo que están pasando.
La aparente normalidad es engañosa. Dos días después de nuestra visita a estas Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret nos contaron: «Hoy a las tres de la madrugada hemos vivido las explosiones más fuertes hasta el momento. Todos están vivos, pero las puertas y ventanas resultaron dañadas. La calle de al lado se inundó de agua, al igual que el metro. Rezamos para que el Señor detuviera el agua, porque la iglesia y la guardería estaban en grave peligro a pesar de los sacos de arena amontonados. ¡El agua se detuvo en el último momento! ¡Un milagro!»
Te necesitan para poder seguir abriendo cada día la guardería. Solo si tú les ayudas podrán acoger a decenas de niños que deben seguir aprendiendo y viviendo una vida lo más normal posible.
Las Hermanitas del Inmaculado Corazón de María
Ellas ayudan a los más pobres entre los pobres, especialmente a la clase trabajadora.
«Con una vida evangélica, llena de sencillez, modestia y apertura a los problemas del mundo moderno, queremos llevar el Espíritu de Cristo donde falta; llevar el amor de Cristo donde reina el odio; llevar la bondad de Cristo donde el hombre es destruido por el mal. De este modo, podemos conducir a todos a la santificación del mundo: el ambiente en el que trabajamos, el trabajo que realizamos y la persona en la que vemos a Cristo».
En Vorzel, cerca de Kiev, conocemos a la hermana Karmela, que junto con dos de sus hermanas dirige un orfanato. Aquí viven ocho jóvenes de entre 15 y 21 años, todos con diferentes déficits mentales y discapacidades. No es una tarea fácil para las hermanas. Los niños viven con ellas desde que eran pequeños, no conocen otro hogar, aunque algunos de los niños todavía mantienen contacto esporádico con sus madres quienes, por diversas razones, no pueden cuidar ellas mismas de sus hijos. «En realidad, las casas infantiles no forman parte de nuestro carisma», se ríe sor Karmela, «pero Dios nos ha enviado este desafío y por eso lo aceptamos sin quejarnos”. La situación fue especialmente difícil cuando la casa fue evacuada por la guerra al oeste de Ucrania y los jóvenes tuvieron que afrontar una situación completamente nueva. Hasta el verano pasado no pudieron regresar a su entorno habitual.
Estas religiosas te necesitan para poder seguir atendiendo y transmitiendo el Amor de Dios a estos jóvenes que necesitan especial protección. ¿Quién si no ellas se ocuparía de estos chicos con necesidades especiales, a los que ni sus propias madres pueden cuidar?
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