Becas de estudio para 2.200 universitarios de Alepo

Ayuda de emergencia
Ayuda aprobada: 1.174.400€
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Ref. Proyecto: ID 1804645

› No dejemos solo a ni uno de los nuestros, desde aquí podemos acompañarles

En la ciudad de Alepo la situación parece haberse estabilizado. A pesar de ello, cerca de 2.250.000 personas continúan necesitando ayuda humanitaria. De ellos, 1.040.000 niños y jóvenes necesitan apoyo para poder seguir estudiando. Y la mayoría de ellos lo hacen gracias a las ayudas de la Iglesia y de Ayuda a la Iglesia Necesitada.

“Lo que me ha ayudado estos años a mantener la esperanza y a ser feliz ha sido poder continuar mis estudios. Quiero mejorar mis conocimientos y ayudar a las personas aquí en mi país” Anaghem Tannous, estudiante de Ingeniería Civil en Siria.

Desde los comienzos de la guerra de Siria, la Fundación ha dedicado más de 3,6 millones de euros para apoyar becas de estudio para escolares y universitarios.

“La educación ha sido siempre prioridad para los cristianos de Oriente Medio. A menudo comprobamos cómo los desplazados buscan inmediatamente la escolarización de sus hijos”, comenta Regina Lynch, directora internacional de Proyectos de Ayuda a la Iglesia Necesitada.

Pero para estas familias que tratan de sobrevivir cada día, resulta imposible hacer frente a los gastos de transporte, de libros y otros materiales para el aprendizaje.

De los 1.174.400 euros prometidos por ACN para hacer frente al curso escolar 2018-2019 de 7.340 estudiantes de educación infantil, colegio y universidad, 352.000 euros se destinará a 2.200 universitarios. Con 20 euros al mes, haríamos posible que un joven pueda continuar estudiando durante los ocho meses que dura el curso.

Hanna Mallouhi se prepara para ser médico: “Pese a la guerra, no he querido abandonar mis estudios. He seguido yendo a la universidad para poder graduarme. Todos los días hago una hora de viaje de ida y otra de vuelta hasta la universidad. Incluso en los peores momentos de la guerra he ido a clase. Ahora tengo que hacer las prácticas, he elegido de destino un hospital de Damasco. Cuando termine la carrera quiero quedarme en mi país y ayudar a las personas a tener una vida mejor en Siria”.

Muchas gracias por vuestra ayuda, somos muchos los que tenemos dificultades, pero nunca nos ha faltado vuestro apoyo, reconoce Wissam Salloum, de 21 años y estudiante de Ingeniería Informática. “Estoy en cuarto, quizá el año que viene me gradúe, pero quiero seguir estudiando para evitar ir a la guerra. Yo quiero quedarme en Siria y quiero que tengamos ya pronto la paz, paz para todos”. Todos los hombres mayores de 18 años están obligados a ir al ejército a prestar servicio militar. Solo quedan exentos si son el único hijo varón de la familia o están cursando estudios universitarios.

A Wissam le faltan las palabras para expresar su emoción cuando le comentan que benefactores de todo el mundo le están ayudando a él y los otros cientos de chicos para que puedan continuar con sus carreras. “Uno de los momentos más difíciles que he vivido fue cuando la universidad tuvo que cerrar hace unos años durante varios meses por la intensidad de los ataques. Pensábamos que ya no podríamos cumplir nuestro sueño de acabar la carrera y algún día tener una vida mejor aquí”.

La joven Pascal Napki también quiere mostrar su agradecimiento: “Sabemos que no estamos solos. Eso nos anima a acabar la carrera y también a ayudar a los más necesitados. Damos las gracias también al Papa Francisco, no le conozco en persona, pero sé que ha hablado varias veces de Siria y ha dado a conocer al mundo nuestra situación”.

Por solo 20 euros al mes, haces posible que un joven pueda continuar estudiando su carrera durante los ocho meses que dura el curso

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