Noche de explosiones y miedo en Alepo. “No sabemos qué va a pasar”

El padre Hugo Alaniz (IVE) en Alepo (Siria)
Tras una nueva ola de combates en Siria, la parroquia del padre Hugo Alaniz vuelve a ser refugio para muchas familias que buscan protección
ACN.- Con el sonido de fondo de fuertes explosiones de armamento pesado, el padre Hugo Alaniz, misionero en Alepo (Siria) desde hace más de una década, relata a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) una de las jornadas más difíciles que vive la comunidad cristiana de la ciudad en los últimos meses.
“Hasta las tres de la mañana hubo enfrentamientos intensos, se oían explosiones por todos lados. Ahora la situación está algo más calmada, pero la gente tiene mucho miedo. Hemos estado recibiendo familias en el sótano de nuestra iglesia, el mismo lugar donde hacemos las actividades comunitarias”, cuenta en un mensaje enviado a ACN, con la que mantiene un contacto frecuente.
El lunes 6 de octubre, Siria celebró elecciones parlamentarias, las primeras desde la caída del régimen de Bashar al-Assad, en un contexto de tensiones entre las autoridades centrales y las zonas del norte, donde operan fuerzas kurdas que quieren mantener su autonomía.
La iglesia, refugio de un pueblo atemorizado
Los combates entre ambas fracciones están teniendo lugar directamente en zonas de la ciudad de Alepo, en la que dos barrios de la ciudad ya están administrados por fuerzas kurdas. Las repercusiones se sienten con fuerza entre la población civil, que teme una nueva ola de violencia. “Hoy los colegios han permanecido cerrados debido a la incentidumbre”, confirma el sacerdote.

Edificios en ruinas en Alepo (Siria)
El sacerdote, miembro del Instituto del Verbo Encarnado (IVE) y párroco de Nuestra Señora de la Asunción, está al frente de la atención pastoral y humanitaria de cientos de familias afectadas por la guerra y por la crisis económica que sigue a los años de asedio.
Su iglesia se ha convertido, una vez más, en un refugio improvisado para los vecinos que buscan protección ante los ataques y bombardeos: “Dos misiles han caído cerca de nosotros, uno a trescientos metros de nuestra iglesia. También en la otra parte de la ciudad, cerca del obispado latino, han caído misiles.”
Durante el día ya se había percibido una tensión creciente, explica el padre Hugo a ACN: “Había mucho movimiento de gente, desplazamientos internos; las calles ahora están semivacías”.
«Recen por nosotros»
Alepo, considerada durante siglos el corazón económico y cultural de Siria, sigue siendo una de las ciudades más golpeadas por el conflicto. La reconstrucción avanza lentamente y las heridas de la guerra aún son visibles en los barrios del este y del norte de la ciudad.
El padre Hugo asegura que su misión, junto con otros sacerdotes y religiosas, consiste en “estar cerca de la gente, consolar, escuchar y ayudar en lo que se pueda”.
“Lo único que pedimos es que recen por nosotros. En un día como hoy, fiesta de Nuestra Señora del Santo Rosario, en la que el Papa ha pedido que recemos el rosario por la paz, no se olviden de Siria”, concluye.