10 años de la desaparición del jesuita P. Paolo Dall’Oglio en Siria
Arzobispos siro-católicos y la fundación ACN piden honrar la memoria del sacerdote suavizando las sanciones económicas
ACN.– El 24 de Julio, Mons. Jacques Mourad, arzobispo siro-católico de Homs, Siria, junto con la presidenta y el director de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) de Italia, Sandra Sarti y Alessandro Monteduro, se reunieron con Alfredo Mantovano, subsecretario de Estado de la Presidencia del Consejo de Ministros italiano. También asistieron al encuentro el arzobispo siro-católico de Alepo, Antoine Chahda, y el obispo siro-católico de Aretusa, Rami Al-Kabalan.
El arzobispo Jacques Mourad fue fundador de la comunidad monástica de Deir Mar Musa junto al jesuita italiano P. Paolo Dall’Oglio. Comenzó la reunión expresando su esperanza de que continúe la búsqueda del cofundador y de tantos otros cristianos que también han sido secuestrados.
La historia de P. Paolo Dall’Oglio
El 29 de julio de 2013 fue secuestrado en Raqqa. Aunque no se conoce su paradero, los católicos de la región no pierden la esperanza de que esté vivo y que sea liberado pronto. La última vez que se supo de él se disponía a entrar en Raqqa, la ciudad que se convertiría en la capital siria del terrible califato del autoproclamado Estado Islámico. El sacerdote quería intervenir en la liberación de varios rehenes, entre ellos, dos obispos sirios.
Este jesuita trabajó en Siria desde la década de 1980 alentando el diálogo entre el Islam y el cristianismo. En 2012 fue expulsado del país por el gobierno pero regresó en una misión humanitaria en 2013. El P. Dall’Oglio siempre denunció el derramamiento de sangre en las calles de Siria: «Mucha gente está perdida, hay mucha gente luchando por la libertad y la democracia que se ha perdido, muchos buenos y jóvenes. Es una tremenda tragedia y las relaciones sociales son más difíciles ahora que hace un año y medio».
Aumentan la crisis humanitarias
El arzobispo siro-católico habló también del sufrimiento del pueblo sirio, muy afectado por el embargo actual. Además, aseguró que las sanciones impuestas por la comunidad internacional sólo afectan a la población y, en particular, a los cristianos, en lugar de al Gobierno. Este hecho hace cada vez más probable que los acontecimientos políticos y militares de los últimos años conduzcan a la desaparición gradual de la comunidad cristiana de Oriente Próximo.
El arzobispo Antoine Chahda denunció la falta de ingresos, sin los cuales a la población de Alepo y de otras partes de Siria le resulta imposible cubrir necesidades como electricidad, alimentos y medicamentos. Por otro lado, el obispo Rami Al-Kabalan destacó la importancia de mantener en pie el sistema educativo católico.
Los fondos son esenciales
Muchas escuelas han sido nacionalizadas o cerradas. Esto afecta negativamente no sólo al aprendizaje curricular sino también al diálogo entre los diferentes grupos religiosos, que es clave para evitar la radicalización.
Sarti y Monteduro recordaron que antes del conflicto armado, que dura ya más de una década, los cristianos representaban alrededor del 10% de la población, es decir unos dos millones de personas. En cambio, ahora la población cristiana se calcula entre 300.000 y 500.000. Los representantes de ACN Italia también subrayaron que la dificultad, debida a las sanciones, de transferir fondos a Siria e importar mercancías en ese país dificulta mucho la ayuda humanitaria. Y aunque las sanciones prevén oficialmente excepciones para la ayuda humanitaria, en la práctica estas no funcionan. El sistema europeo de códigos bancarios IBAN y el sistema estadounidense SWIFT bloquean todas las transferencias a Siria. Algo que hace muy difícil que la fundación pontificia pueda transferir fondos por razones humanitarias. Sin embargo, estos fondos son esenciales a la hora de ayudar a las instituciones gestionadas por la Iglesia a proporcionar los bienes necesarios para garantizar la supervivencia de las comunidades necesitadas.
El Papa sobre sanciones económicas
Por ello, los representantes de ACN han lanzado un llamamiento a la comunidad internacional para que se preste atención a las palabras pronunciadas en febrero de 2021 por el papa Francisco. En su discurso a los miembros del Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede dijo:“Mi pensamiento se dirige también a Yemen y a la amada Siria, donde, además de otras graves emergencias, la inseguridad alimentaria aflige a gran parte de la población y los niños están extenuados a causa de la malnutrición. En diversos casos, las crisis humanitarias se han agravado por las sanciones económicas, que terminan en su mayor parte por repercutir principalmente en los sectores más débiles de la población, más que en los responsables políticos. Por lo tanto, aun comprendiendo la lógica de las sanciones, la Santa Sede no ve su eficacia y espera su relajación, también para favorecer el flujo de ayudas humanitarias, sobre todo de medicamentos e instrumentos sanitarios, sumamente necesarios en este tiempo de pandemia”.
Hablando en nombre del Gobierno italiano, Mantovano expresó su solidaridad con el arzobispo siro-católico de Homs en relación con el dramático secuestro del padre Paolo Dall’Oglio. Además, le aseguró que Italia seguirá buscándolo, especialmente a través de sus servicios de inteligencia.
El subsecretario de Estado subrayó también que las sanciones económicas no deberían impedir la prestación de ayuda esencial a la población, empezando por los cristianos. El Gobierno italiano abordará con sus aliados, especialmente en el seno de la Unión Europea, la mejor manera de introducir cambios en el actual sistema de sanciones. Todo ello a fin de contribuir a devolver la esperanza a una población exhausta por la guerra.