La hna. Jana Lypiswka hace un gesto de esperanza, mientras trabaja para ayuda a afectados por COVID-19
23 abril 2020

Coronavirus en países necesitados: la Iglesia de la esperanza

Pasadas las primeras semanas de confinamiento a causa del coronavirus, los mensajes de esperanza y de oración de la Iglesia que sufre siguen llegando a Ayuda a la Iglesia Necesitada

ACN, Blanca Tortosa.- La pandemia mundial sigue avanzando, también en los países más necesitados, en los que los medios para hacerle frente son especialmente escasos. Este es el caso de Burkina Faso, donde el padre Justin Saw de 67 años falleció hace pocos días a causa del virus. Este sacerdote retirado, fue el director espiritual del seminario de filosofía San Pedro y San Pablo, que ACN visitó durante su último viaje al país a finales de febrero. Es un ejemplo de los muchos casos en los que, pese al sufrimiento que se está viviendo en estos países, siguen poniendo su confianza en el Señor y nos invitan también a nosotros a hacerlo con sus mensajes de aliento y esperanza. El p. Ignace Sawadogo, desde Dori, en Burkina Faso nos recuerda que “estas circunstancias de encierro nos devuelven a los primeros momentos de la Pascua. Los discípulos de Jesús estuvieron “en confinamiento” por temor a los judíos después de la muerte de Jesús hasta Pentecostés. Pero a pesar de todo, sus corazones eran ardientes. ¡Pues nosotros también! Jesús ha vencido a la muerte y el coronavirus también será conquistado en breve en nombre de Jesús”.

Y es que son muchos los sacerdotes, religiosas y comunidades que continúan enviando sus muestras de cariño y cercanía a los benefactores y amigos de ACN y para todos los que sufren en Occidente. La Iglesia de los países pobres de África, Asia o América es consciente de que se pueden llevar la peor parte de este drama. Así nos lo cuenta un párroco de la diócesis de Sègou en Mali: «¿Cómo terminará 2020? ¿Quién puede responder? Sí, solo Dios puede responder. La enfermedad por coronavirus es muy real en Malí hoy. Creo que el impacto en la población será enorme…».

Pero la unión espiritual no cesa. Desde Wabag, en Papua Nueva Guinea, ofrecen cada día su oración y la Eucaristía por toda la Humanidad y nos recuerdan que «Dios tiene Su propio plan para cada uno de nosotros como ser humano. Estamos buscando la bendición de Dios Misericordioso para ser misericordia con toda la humanidad». También en la diócesis de Navrongo-Bolgatanga, en Ghana, Mons. Alfred Agyenta nos dice que «es un buen momento para renovar nuestra relación unos con otros y, por supuesto, con Dios. Es verdaderamente un tiempo de gracia y creo que nuestro mundo nunca será el mismo después de Covid19″. Desde Myanmar, país sometido a constantes violaciones a la libertad religiosa, un sacerdote relata cómo siguen acompañando a los más necesitados «aunque estamos en posición de encierro, tenemos tiempo para reflexionar y atender las necesidades espirituales especialmente de los enfermos y los ancianos».

«Aquí no tenemos tanto miedo»

El coraje de estos religiosos, como el que nos transmite en su mensaje el p. Richard Rohrde de los Misioneros de San Francisco de Sales, en Uganda, invita a reflexionar: «Cuando vemos que miles de personas mueren en Europa y EE. UU., donde los sistemas médicos están muy avanzados, pensamos, cuál sería la situación si el coronavirus abraza a Uganda, uno de los países más pobres del mundo… Puede ser desastroso. Pero la mayoría de la gente no tiene tanto miedo y ansiedad aquí como en Occidente». «Después de los truenos y las lluvias, las nubes se desvanecerán y los cielos se volverán azules nuevamente. Restaurará la calma no solo en la naturaleza sino, también, dentro de nosotros mismos». En Gikongoro, Ruanda, Mons. Célestin Hakizimana reza por la curación de los enfermos y por las familias que sufren y desde Lahore, en Pakistán, el p. Patrick Peter recuerda que, en medio de esta epidemia mundial «¡sólo la misericordia de Dios del cielo puede traer salud y consuelo! ¡Rezamos para que el Señor Jesucristo resucitado se apiade de todo el mundo y elimine esta epidemia del mundo a través de su Resurrección». 

Desde la diócesis de Penumuli, en India, el P. Antonio confía en la Virgen y afirma que con la bendición del Señor superaremos todas nuestras dificultades: «Nos dirigimos a María Madre de todos para que interceda por nosotros en este momento de dolor y ansiedad. Ofrezco todos los días la Sagrada Eucaristía y recito el Santo Rosario, la Coronilla de la Divina Misericordia por todos ustedes». También la hermana Sor Juliane, de las Dominicas de Nigeria, nos hace llegar su fidelidad en la oración por todos los que sufren: «En nombre de mis hermanas, prometemos nuestra solidaridad de oraciones para ustedes, sus familias, benefactores y todos los afectados directa o indirectamente por la pandemia».

ACN ha lanzado una campaña internacional de emergencia para sostener a sacerdotes y religiosas frente al coronavirus. La Fundación ha prometido 5 millones de euros para las comunidades de Oriente Medio, Hispanoamérica, Asia, África y Europa Oriental.

Conoce la campaña

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