Hungría: 52º Congreso Eucarístico Internacional
Será la primera vez en 21 años que un Papa asista al encuentro donde se reunirán católicos de todo el mundo
ACN, María Lozano.- El Congreso Eucarístico Internacional reunirá a católicos de todo el mundo para profundizar sobre la importancia de la eucaristía y reflexionar sobre la misión de la Iglesia católica para hacer presente el amor de Dios en el mundo actual. El 52º congreso se celebrará del 5 al 12 de septiembre en Budapest, la capital de Hungría. El lema del Congreso Eucarístico 2021 es la frase final del Salmo 87,7: “Todas mis fuentes están en ti“. Agendado primeramente en 2020, se pospuso para el 2021 debido a la pandemia de la COVID-19.
“El objetivo de este encuentro es dar a conocer y fomentar el amor a la eucaristía, misterio sagrado de nuestra fe”, explica Regina Lynch, directora de proyectos para la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN). “Pensamos que este congreso es profético en tiempo de pandemia. Puede ser muy importante para la vida de la Iglesia, ya que la COVID-19 ha dificultado en muchos sitios la asistencia a la Santa Misa y las devociones eucarísticas.”
“Creemos que promover la vida eucarística entre los fieles es fundamental para la vida de la comunidad. Es llevar a Cristo a las comunidades. En muchos países los fieles tienen verdadero anhelo por recibir la Eucaristía y sentir su presencia. Se enfrentan a otros problemas: la falta de libertad religiosa, la inseguridad por conflictos civiles y militares, las largas distancias unidas a la falta de transporte, y también la pobreza, las comunidades carecen de fondos para construir una casa de culto o incluso para mantener a sus sacerdotes”, dice Lynch.
Construir puentes
Por eso la fundación apoya muchos proyectos para facilitar los medios necesarios para que la Eucaristía esté presente, “como por ejemplo con una moto para que el sacerdote pueda ir a celebrar la misa a una misión alejada, o la construcción de una capilla en mitad de una zona desértica o de las altas montañas. Las ayudas son muy variadas, desde algo muy práctico, como puede ser una máquina de hostias, hasta algo más general y básico como la formación de los futuros sacerdotes.”
Por su parte el cardenal Péter Erdő, primado de Hungría, expresaba su confianza en su mensaje de invitación a participar en el encuentro: “Dios nunca abandonará la humanidad. Él está con nosotros a lo largo de la historia y nos está esperando para un feliz encuentro eterno. ¡Qué podamos aprovechar las ocasiones de cada cita con Él aquí en la tierra también! ¡Tenemos una cita con Cristo en Budapest, que sea Él el compañero radiante de nuestras vidas, que sea Él quien nos traiga optimismo y alegría a nuestras vidas!”
En los últimos años, el encuentro ha estado presidido por un delegado nombrado por la Santa Sede expresamente para la ocasión. Sin embargo, Budapest será la primera vez en 21 años que el Papa asista y celebre la misa de clausura el domingo 12 de septiembre. La última vez que el Pontífice estuvo presente fue en el 2000, año jubilar en Roma.
Una visita muy esperada
Después del anuncio oficial de la visita del santo padre a Budapest, el cardenal Erdő declaró: «La comunidad de fieles católicos espera la llegada del Santo Padre con gran alegría y amor. Rezamos para que su visita sea para nosotros un signo de esperanza y un nuevo comienzo a medida que la situación de la epidemia disminuye.” La última visita papal a Hungría se remonta 25 años atrás, cuando en 1996 el papa San Juan Pablo II viajó a Budapest de camino a Pannonhalma y Győr.
Entre los invitados a dar testimonio durante las jornadas de oración, catequesis y reflexión se encuentran cardenales de países donde los cristianos viven su fe bajo grandes dificultades, por ejemplo: el patriarca caldeo Louis Raphael Sako de Iraq; el cardenal John Onaiyekan, arzobispo emérito de Abuja y ex-presidente de la conferencia episcopal de Nigeria y el cardenal Charles Bo, presidente de la conferencia episcopal de Myanmar y arzobispo de Yangon.
“Allí son la falta de medios o de libertad, en Occidente encontramos muchas veces falta de fe. Demasiado stress, falta de tiempo o desidia ante la eucaristía, por eso es muy importante rezar para que el congreso traiga una renovación interior para Europa y Occidente”, apunta la directora de proyectos.