Shiraz Mourad y Krikor Yakoub, con niños en la iglesia de Nuestra Señora de la Anunciación de Alepo, Siria. (ACN)
4 enero 2023

La Iglesia de Siria cura las heridas del alma y del cuerpo

La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada quiere apoyar a los cristianos de Siria también en sus necesidades sanitarias básicas, a través de la campaña «Enciende tu luz por Siria»

ACN.- Los cristianos de Siria siguen sumidos en una guerra olvidada, que ha perdido intensidad, pero cuyas consecuencias desastrosas han crecido ahora más que en los peores años de los bombardeos. La pequeña comunidad cristiana se ha visto reducida a apenas 400.000 personas, muchas de ellas ancianos, niños y discapacitados, que necesitan de apoyo sanitario cuyos costes están creciendo exponencialmente.

Wassim, junto con unos amigos y el apoyo del párroco, el padre Walid Iskandafy, crearon el centro de socorro en la parroquia «San Pedro de Marmarita». Acuden ahora a la casa de Marlen Makdesi y Yasser Satmi, un matrimonio desplazado con tres niños pequeños. Son una de las cerca de 5.000 familias que reciben apoyo sanitario mensualmente: “Nuestra situación está por los suelos. Me lesioné la pierna durante la guerra y me internaron para operarme. Por el momento no tenemos comida, sólo pan y estamos luchando. La Iglesia Católica es la principal proveedora de nuestra familia”.

Asistencia sanitaria a familias desplazadas

Gracias al apoyo de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), la Iglesia aquí ofrece apoyo sanitario para los desplazados, a lo que la fundación pontificia aporta 500.000 euros al año, ofreciendo 2.250 tratamientos de medicinas mensuales y 120 intervenciones quirúrgicas. Según la ONU la mitad de los profesionales sanitarios han huido del país y se calcula que cerca de la mitad de los hospitales han sido destruidos o han quedado inutilizados debido a la guerra. Además, el aumento de precios por el embargo internacional está afectando también directamente a los medicamentos, que en el último año han aumentado su precio hasta un 60%. La Iglesia no elude también esta importante misión para ofrecer una vida digna a todas las familias.

Otro ejemplo de la importancia de esta ayuda que ofrecen las diócesis y congregaciones religiosas, a través de ACN, es la de Shiraz y su mujer Koko, en Alepo. Ellos son sordomudos, “Durante la guerra, solíamos sentirnos la vibración del suelo y el batido cada vez que había bombardeos. Los niños solían hacernos saber lo que estaba pasando durante el enfrentamiento y nos condujeron por rutas más seguras cada vez que tratábamos de escapar”.

Koko mueve sus manos y responde en lenguaje de signos cuáles son las circunstancias en las que se encuentran hoy, “Durante la guerra nuestra situación financiera se deterioró mucho. Antes de la guerra, solía tener mi propio taller de coches. Hoy tengo trabajo en un restaurante. donde lavo los platos pero por la inflación, no puedo incluso comprar comida con mi pobre salario. Entonces, la mayoría de las veces traigo restos de comida del restaurante. Empecé a trabajar en un taller de sastrería, pero también con un sueldo muy pobre. Así que ahora, con la ayuda de la Iglesia y nuestros pequeños salarios, podemos tener fondos que finalmente nos permitan sobrevivir. Antes del estrés de la guerra, yo estaba en gran forma. Debido a las luchas y los horrores de la guerra, perdí mucho peso. Muchos días no comíamos para dejar la comida a nuestros hijos para que no se mueran de hambre”.

Apoyo a las necesidades básicas

Este matrimonio cristiano agradece mucho el apoyo que reciben a través de la comunidad católica de sordomudos de Alepo, que tiene su sede en la parroquia que dirigen los misioneros del «Instituto del Verbo Encarnado», con su párroco el padre Hugo Alaniz al frente: “Gracias a los donantes de ACN recibimos ayuda de nuestra parroquia con cupones de comida, lo que nos ayuda a traer a casa las necesidades diarias. Sin el apoyo de ACN, terminaríamos en una situación devastadora.

También estamos muy contentos de que nuestra parroquia esté cuidando de la educación de nuestros hijos. Y estamos eternamente agradecidos a nuestro sacerdote que nos recoge para enriquecer nuestra vida espiritual y acercarnos a Dios. Agradecemos a quien está donando a ACN, que está ayudando al padre Hugo de nuestra parroquia, quien está dando lo mejor de sí para dejarnos vivir con dignidad”. Koko y su familia necesitan seguir siendo sostenidos. Envíales esperanza y enciende tu luz por estos hermanos de Siria.

Enciende tu Luz por los cristianos de Siria, ¡No les olvides!

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