Ref. Proyecto: ID 238-06-19
› Siguiendo los pasos de Nuestro Señor
El Señor tiene preparado algo grande para cada uno de nosotros. Un camino que podemos decidir libremente si tomarlo o desviarnos, pero que si lo seguimos nos llevará a encontrar la felicidad, aunque no esté exento de sufrimiento.
Este camino se conoce como vocación. Unos estarán llamados a ser médicos, otros periodistas y otros, religiosos.
Ese fue el caso de la Hermana María Belén que ha celebrado recientemente su vestición: “Fue una ceremonia sencilla y muy emocionante, en la que, con el corazón rebosante de alegría, asumí el compromiso de unirme cada día más a Cristo”, dice. La joven proviene de una familia muy creyente y su tío era sacerdote.
Ella impartía la catequesis y participaba activamente en la vida parroquial:
“Creía que lo que le daba al Señor de esta manera era más que suficiente”.
Pero entonces su tío murió en un accidente de coche, y en la pena y el dolor sintió la llamada de Dios, que “la quería para Sí mismo”, como dice ella. “En ese momento empecé a buscar el camino correcto. La lectura de Historia de un alma de Santa Teresita de Lisieux en abril de 2017 me llevó al Carmelo. Desde el primer momento supe que esa sería mi casa. Ruego a Dios todos los días que me apoye con Su gracia, para que me entregue cada día con mayor libertad y generosidad. Sé que solo puedo andar este camino cogida de Su mano. Unida a Santa Teresa de Ávila, digo:
‘Vamos juntos, Señor, pues adonde tú vayas yo también tengo que ir’.
La Hermana María Belén forma parte de la comunidad de un convento de Carmelitas que se fundó hace unos veinte años en las afueras de la ciudad de Florida, en el sur de Uruguay. Doce hermanas llevan allí una vida de oración constante según la regla de su fundadora, la mística y Doctora de la Iglesia Santa Teresa de Ávila.
Se trata de una comunidad muy animada que no deja de atraer a mujeres jóvenes. Últimamente son tantas las Hermanas que el edificio del convento se está quedando pequeño para albergar a más. Por eso, les encantaría añadir un anexo con cinco celdas para el que no tienen los recursos necesarios.
Las Hermanas han depositado sus esperanzas en Ayuda a la Iglesia Necesitada, así que gracias a los esfuerzos de nuestros benefactores, vamos a apoyarlas con 70.000 euros. Para que ninguna de las jóvenes deseosas de entregar su vida a Dios sea rechazada.
Tu donación se destinará a este proyecto o proyectos similares.