› Su labor es ayudar a los más pobres
Pinheiro es un municipio situado en el Estado de Maranhão, en el noreste de Brasil. El nordeste es una región empobrecida: El 43,5% de la población vive en la pobreza, es decir, con menos de 2 dólares al día. Las temperaturas son altas, y la temporada de lluvias es de marzo a junio.
El obispo Elio Rama nos pide ayuda para mantener a cuatro hermanas Josefinas. Las hermanas son una enorme ayuda en la vida pastoral de las parroquias. Trabajan en colaboración con los sacerdotes.
- Tipo de proyecto: Sostenimiento de religiosas
- Ayuda aprobada: 1.379,13 €
- Ref. proyecto: ID 2004007
La misión de las hermanas Josefinas es la misión de San José: proteger al Redentor.
«José hizo lo que el ángel del Señor le había mandado y se llevó a María a su casa como esposa» (Mt 1,24).
Inspirado por el Evangelio, así las hermanas josefinas están llamadas a custodiar, proteger y defender a los niños perseguidos y a apoyar a los sacerdotes en su misión.
› Cada hermana busca entregarse en diferentes ministerios
En Pinheiro, trabajan en la parroquia de San Benito, compuesta por 38 comunidades. En cuanto al trabajo de catequesis, las hermanas forman a los catequistas todos los primeros sábados del mes. También se reúnen regularmente con los niños y los padres. En las comunidades, junto con el sacerdote, las hermanas ya han formado a 42 parejas para el sacramento del matrimonio. En la escuela, las hermanas orientan y forman a los profesores y a los padres y enseñan religión a los niños. Visitan las comunidades rurales cada semana. Realizan encuentros de preparación con los niños y las familias para la Primera Comunión y los Bautizos.
Las hermanas también organizan una peregrinación con Nuestra Señora de Aparecida desde febrero hasta el 12 de octubre, fiesta de la Santísima Virgen en Brasil. También visitan a los enfermos y atienden a los niños en la clínica de maternidad. En todo su trabajo pastoral buscan dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar.
El Papa en su Carta Apostólica Patris Corde, dice
«En José, Jesús vio el tierno amor de Dios: «Como un padre se compadece de sus hijos, así el Señor se compadece de los que le temen» (Sal 103,13).