
Ref. Proyecto: ID 236-05-39
› Tres religiosas al servicio de los más olvidados
Tu ayuda sostiene a 3 religiosas que viven con los más pobres, en condiciones extremas, en República Dominicana.
Para la mayoría, República Dominicana es sinónimo de turismo y playas paradisíacas. Pero más allá de esa imagen, en el suroeste del país se esconde una realidad muy distinta: una pobreza extrema que golpea especialmente a los llamados batayes, antiguos campamentos cañeros convertidos hoy en asentamientos precarios sin agua potable ni electricidad.
Uno de esos lugares es Batey 5, en la diócesis de Barahona, un asentamiento donde la pobreza y el abandono se sienten en cada rincón, y donde tres religiosas de la congregación de las Hermanas Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena —conocidas como las Lauritas— entregan su vida desde 2017 al servicio de esta comunidad.
› “Estamos junto a la gente para ayudarla y acompañarla”
Estas hermanas acompañan a una población marcada por la precariedad. Muchos trabajan en las plantaciones de caña bajo un calor sofocante por menos de 10 dólares al día. Otros lo hacen en una fábrica de azúcar, también en condiciones duras. La mayoría son descendientes de haitianos y luchan por sobrevivir sin apenas oportunidades.
Las Lauritas cuidan de niños y jóvenes, forman a los catequistas, participan en la pastoral parroquial y gestionan un centro de día para 18 ancianos, cuatro de ellos completamente solos. En ocasiones, incluso acompañan al hospital a quienes no tienen familia, registrándose como familiares para que puedan recibir atención digna.

› Vida sencilla, entrega total
Gracias a ti, las hermanas Lauritas pueden seguir siendo presencia de consuelo, fe y esperanza en medio de la pobreza.
Tu donación se destinará a este proyecto o proyectos similares.