Una «escuela de Amor» con más de 70 años
En la Navidad de 1947, en la Abadía de Tongerlo (Bélgica), un monje premonastratense holandés, el P. Werenfried van Straaten (cuyo nombre significa «Guerrero de la paz»), denuncia a través del artículo «No hay sitio en la posada» la miseria en la que vivían millones de refugiados alemanes tras la II Guerra Mundial. Concluía su escrito invitando a la reconciliación de los pueblos enfrentados durante el conflicto bélico.
Comenzaba sin saberlo Ayuda a la Iglesia Necesitada, esta gran «escuela de Amor», como al P. Werenfried le gustaba llamarla.
A petición expresa del Papa Pío XII, el P. Werenfried se lanzó a promover la reconciliación y a ayudar a los millones de personas desplazadas procedentes de Europa central y oriental que, tras la II Guerra Mundial, sufrían verdadera necesidad.
Su misión fue restaurar un amor que implicara el compromiso a favor de los hambrientos, los desheredados y los prisioneros, sin excluir a los enemigos. Inició entonces en 1948, la campaña para ayudar a los 3.000 sacerdotes de la mochila, que recorrían los pueblos atendiendo material y espiritualmente a miles de feligreses.
Un año más tarde, en Bélgica lanza la campaña “Vehículos para Dios” para facilitarles motos y automóviles (concretamente, una flota de escarabajos cedidos por Volkswagen) a aquellos sacerdotes de la mochila.
El siguiente paso fueron los famosos “coches – capilla”, que eran auténticas parroquias con ruedas.
En 1954 amplía sus campañas en favor de la Iglesia perseguida del Este de Europa y a principios de la década de los 60, esta vez a petición del Papa Juan XXIII, la obra se extendió sucesivamente a Iberoamérica, África y Asia.
Con motivo del Año internacional del Niño, en 1979, Ayuda a la Iglesia Necesitada publicó la llamada “Biblia del Niño”, del que ya se han distribuido más de 52 millones de ejemplares en 180 idiomas diferentes.
Ayuda a la Iglesia Necesitada continuaba creciendo en tamaño y cometidos en el mundo. En reconocimiento de esta realidad, en 1984 recibió del entonces Papa Juan Pablo II, el encargo de ponerse al servicio de la Iglesia universal, para lo que la elevó al rango de Asociación de Carácter Universal dependiente de la Santa Sede.
A lo largo de los 80 y 90, cuando los regímenes comunistas de Europa central y oriental se derrumbaron, Ayuda a la Iglesia Necesitada trabajó para llevar alivio a los que sufrían en Europa del Este. Con el apoyo del ahora San Juan Pablo II, comenzó en 1994 una campaña de “ecumenismo práctico” con la Iglesia Ortodoxa Rusa, cuyo proyecto más espectacular ha sido la puesta en marcha de los“barcos capilla” que surcan hasta el día de hoy los ríos Volga y Don, como iglesias flotantes.
Ya desde los inicios del siglo XXI, la acción de ACN se extendió a las víctimas de los conflictos en Ruanda, Sudán, la República Democrática del Congo y otros países africanos. En Oriente Medio, ACN continúa trabajando para hacer frente a la persecución de los católicos y está tratando de llegar a los millones de personas desplazadas en Irak, Siria y otros países de la región.
El Papa Benedicto XVI, refiriéndose a la persecución de los católicos en Oriente Medio, dijo: “Que Dios conceda Ayuda a la Iglesia Necesitada la fuerza para ayudar a dondequiera que la necesidad es mayor”.
Finalmente, el 4 de noviembre de 2011, el Papa Benedicto XVI, reconociendo la importancia de ACN, la elevó a rango de Fundación (“Auxilium Patienti Eclesiae”) y aprobó sus estatutos. La oficina de España pasó a ser una sección de esta nueva Fundación de Derecho Pontificio, manteniendo el nombre de Ayuda a la Iglesia Necesitada. Su nueva forma jurídica fue posteriormente inscrita en el Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia.
El Padre Werenfried van Straaten, un gigante de la caridad
Conoce más sobre la vida de este sacerdote, sus pensamientos y libros donde nos transmite su amor a Dios y nos ayuda a sembrar la reconciliación y la paz por todo el mundo.
Biografía del Padre Werenfried