» TESTIMONIO
“Incluso los agresores están traumatizados… pero también ellos pueden sanar”, Padre Peter Konteh.

›En Sierra Leona, 150 sacerdotes están siendo formados como agentes de sanación, reconciliación y cohesión social
El padre Peter Konteh estaba durmiendo cuando comenzaron las explosiones. Se levantó de un salto y gritó al otro sacerdote que vivía con él: “¡Los rebeldes se acercan por el este! ¡Tenemos que escapar!”. Pero la respuesta que recibió fue inesperada: “Peter, cálmate… estás en Estados Unidos, no en Sierra Leona. Lo que escuchas son fuegos artificiales del 4 de julio”. Ese momento fue revelador: “Me di cuenta de que también yo tenía un trauma profundo”.
El padre Peter vivió en carne propia los horrores de la guerra civil de Sierra Leona (1991–2002). Un conflicto que no tuvo motivación religiosa ni étnica, sino que fue, según él, “una guerra sin sentido, por codicia”, provocada por el control de los recursos naturales, especialmente los diamantes. Decenas de miles murieron, y muchos más fueron mutilados, violados o forzados, incluso siendo niños, a cometer atrocidades.
“Recuerdo a un mendigo que solía sentarse a la entrada de la catedral. Un día rechazó una limosna de un hombre bien vestido. Salí a ver qué pasaba y él me dijo: ‘Ese fue el que me cortó las manos’”, relata el padre Peter.
Decidió invitar a ambos a su oficina. “El mendigo estalló: ‘Antes trabajaba con mis manos, ahora ni siquiera puedo ir solo al baño. ¿Entiendes la humillación que me has causado?’”. El agresor, ahora también quebrado por el dolor, lloraba.


› “Con fe, escucha y acompañamiento, podemos reconstruir vidas”
Tras ocho sesiones de acompañamiento espiritual, el mendigo logró perdonar. Pero el exrebelde necesitaba algo más: quería reparar el daño. “Recordaba cómo le suplicó que no lo hiciera… pero estaba drogado. Incluso los agresores están traumatizados”, dice el padre Peter. “Y ellos también necesitan sanar”.
Durante la guerra y las crisis posteriores, como la epidemia de ébola en 2014, la Iglesia se convirtió en el corazón del tejido social: “La Iglesia fue la voz de los que no tenían voz. Musulmanes y cristianos acudían a nosotros en busca de ayuda y defensa. La confianza fue tal, que hubo muchas conversiones”, explica el sacerdote.
Las relaciones interreligiosas en Sierra Leona son ejemplares. “El 40% de nuestros sacerdotes provienen de familias musulmanas. A menudo nos llaman a las mezquitas para mediar en disputas. En algunos países eso sería impensable, pero aquí es normal”, afirma con orgullo.
“El trauma no desaparece solo. Pero con fe, escucha y acompañamiento, podemos reconstruir vidas y una nación”, concluye el padre Peter.
Hoy, la misión de la Iglesia es sanar. Con la ayuda de ACN, se está formando a 150 sacerdotes como “agentes de reconciliación, sanación, transformación social y cohesión nacional”. La Hermandad de Sacerdotes Católicos colabora con expertos de la Universidad de Boston para desarrollar manuales y herramientas que se impartirán no sólo a sacerdotes, sino también a religiosos y laicos.