» TESTIMONIO
Cuba: Religiosas que multiplican la esperanza en medio de la crisis
En Camagüey, la tercera ciudad más importante de Cuba, dos Hermanas de la Caridad del Cardenal Sancha, sor Isabel y sor Leonida, son testimonio vivo de que la fe puede sostenerse incluso entre la escasez y el cansancio. En medio de la inflación, la falta de alimentos y la crisis que azota a miles de familias, estas religiosas multiplican su tiempo y sus pocos recursos para atender a niños, ancianos, enfermos y jóvenes.

Con el apoyo de Ayuda a la Iglesia Necesitada, las hermanas “sanchinas”, como las llaman con cariño los cubanos, siguen haciendo posible lo que parece imposible: alimentar cuerpos y almas con la misma esperanza.
Fe en tiempos de escasez
Camagüey, con sus 300.000 habitantes y su hermoso centro histórico, es hoy reflejo del sufrimiento de muchas familias cubanas. Conseguir lo básico (alimentos o medicinas), se ha vuelto una carrera de resistencia. Sin embargo, las hermanas comparten las penas de su pueblo y transforman el dolor en servicio.
“Me enseñaron a perdonar, a compartir lo poco que tengo y a confiar en que Dios nunca nos abandona”, dice Gladys, una madre que trabaja junto a ellas en la guardería “Amiguitos de Sancha”.
Desde ese pequeño centro, atienden a catorce niños de familias vulnerables y acompañan también a sus padres y abuelos, tejiendo una red de cariño y comunidad que abraza a 78 personas.
Un amor que acompaña y sostiene
Además de cuidar a los más pequeños, las hermanas impulsan talleres de formación, visitan enfermos y animan la vida pastoral en la parroquia. Han formado coordinadores de pastoral de la salud que llevan consuelo espiritual y medicamentos a los enfermos más pobres.
Destacado: “Las hermanas han sido mi bastón”, confiesa Marlene. “Después de perder a mi esposo, me acompañaron, me animaron y me invitaron a servir. Ahora visito enfermos con alegría y fe”.
También los jóvenes encuentran en ellas un ejemplo de entrega y alegría. “Las hermanas sanchinas me han enseñado que en la pobreza y el servicio está la verdadera felicidad”, explica Anyelis, una de las adolescentes del grupo juvenil.


Una Iglesia que no abandona a su pueblo
En una Cuba marcada por la carencia y la emigración, la presencia de las Hermanas de la Caridad del Cardenal Sancha es una señal viva de esperanza. Con creatividad y fe, logran mantener encendida la luz del Evangelio allí donde parece apagarse.
ACN contribuye al sostenimiento de estas religiosas en Camagüey, La Habana y Santiago de Cuba, para que puedan continuar siendo ese rostro cercano de la Iglesia que acompaña y consuela.
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Tu apoyo permite que las hermanas sigan acompañando a familias que lo han perdido casi todo, alimentando niños, visitando enfermos y sosteniendo la fe de quienes viven con lo mínimo, pero confían en Dios.