“Ser voluntarios de ACN nos ayuda a comprender, a perdonar y a amar más”
Ana y José Manuel forman un tándem perfecto como matrimonio y como voluntarios de Ayuda a la Iglesia Necesitada, en la diócesis de Málaga. Este compromiso que asumieron hace ya unos años alimenta su fe y su deseo de actuar frente al inmovilismo al que tanto invita ahora la sociedad. Por ello invitan a todo el que tenga “un poquito de tiempo libre” a unirse a esta manera “tan bonita” de apoyar a nuestra Madre Iglesia.
Ana Aldea es, desde 2018, la delegada de Ayuda a la Iglesia Necesitada en Málaga pero insiste en que ella solo es parte de un equipo integrado por su marido José Manuel, por sus hijos, que llevan sus mismos nombres, por otros voluntarios que son Pepe, Rubén, Álvaro, Pilar, Aurora y José María. “ACN en Málaga también la integran, de alguna manera, sacerdotes amigos, parroquias y cofradías que abren de par en par sus puertas a la realidad de los cristianos que sufren necesidad extrema y persecución a causa de su fe”, comenta Ana.
“Señor, auméntame la fe”, le suplicaba Ana al Señor, cuando un sacerdote, D. Alejandro Pérez, le llamó a los pocos días para ofrecerle poner en marcha la delegación de ACN en su ciudad.
“No lo dudé un momento, supe que aquello era la respuesta de la Providencia a mi petición, así que le dije ‘sí’ aquella misma tarde. Se lo comuniqué a mi marido, mi aliado excepcional, y vimos claro que aquello sería un voluntariado compartido”
Dar a conocer la persecución a los cristianos
Ana (55 años) trabaja en la administración de la Universidad de Málaga, José Manuel, su marido (56 años) es funcionario en la Tesorería de la Seguridad Social. Ambos asumen otras tareas pastorales en la diócesis y, junto a su hijo José Manuel (28), que es profesor en un colegio, estudian además el grado en Teología.
“En Málaga hay un gran desconocimiento de la persecución a los cristianos y de la labor de Ayuda a la Iglesia Necesitada. Por eso animamos a otros matrimonios y a jóvenes con un poquito de tiempo libre a colaborar con la Iglesia de esta manera tan bonita”, dice José Manuel.
«¡Cómo no vamos a apoyar a la Iglesia, que es madre, a sacar adelante a estos hijos que necesitan un poquito más de ayuda que el resto!” añade Ana.
Coinciden ambos en que ser voluntarios de Ayuda a la Iglesia Necesitada acrecienta su fe, por los testimonios de cristianos perseguidos que van conociendo. “Nos ayuda a comprender, a perdonar, a amar más y a rezar por los perseguidores”. Han vivido momentos muy significativos desde que asumieron este voluntariado. Ana se siente admirada por las personas mayores que, “como la viuda pobre del Evangelio, ofrecen con humildad y grandeza lo que tienen, cuando escuchan las necesidades de nuestros hermanos que sufren por su fe”. Los dos recuerdan el momento en que el obispo de Málaga recibió un Lunes Santo el icono profanado de Homs (Siria) tras peregrinar con las cofradías por toda la diócesis, durante la Semana Santa 2022. “Fue un momento muy solemne y muy emocionante porque, besando el icono, nuestro pastor abrazaba en aquel momento a esos hijos de la Iglesia que tanto sufren. ¡Con este voluntariado vemos tan clara la maternidad de la Iglesia!”, concluyen.