Diana: catequista imprescindible para la evangelización en Cuba
Diana tiene muchos sueños por cumplir y una clara misión en su vida: transmitir la fe a las nuevas generaciones en Cuba.
Como otros jóvenes, forma parte de la Iglesia cubana y la apoya en todo lo que puede. Son conscientes de la necesidad de estar bien formados para ser catequistas y de contar con los medios para transmitir el Evangelio. Pero a veces no es fácil conseguirlos…
Diana Calderón tiene 26 años y es catequista en la parroquia de San Antonio de Padua, en la diócesis de Cienfuegos, Cuba. “Estoy casada y soy estomatóloga de profesión. Nací en una familia católica que me enseñó los valores cristianos”. De niña fue al catecismo y ahora Diana lleva una década comprometida con la trasmisión de la fe a niños de 5 a 11 años.
La formación en la fe es fundamental para el fortalecimiento de las nuevas generaciones, muy afectadas por la realidad de Cuba.
«Hay jóvenes cubanos que trabajan en empresas privadas que dan buenos rendimientos financieros, pero que son, de un modo u otro, ilegales. Otros viven de acuerdo con la ideología comunista. Otros se gastan los ahorros de la familia y viajan a países diferentes para acabar llegando a Estados Unidos, donde algún familiar o amigo les acoge», dice Diana
Miles de catequistas valientes y entregados necesitan tu ayuda para sostenerse
Pero también hay jóvenes, como Diana, que, aun con dificultades, tratan de afrontar la vida en Cuba desde la fe y la esperanza del Evangelio. “Formamos parte de la Iglesia cubana y la apoyamos en todo. Nuestros corazones están llenos de sueños que no se pueden cumplir pero somos sinceros, valientes, comprometidos y muy entregados”, reconoce Diana.
Gracias a sus benefactores, Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) ha apoyado en todo el mundo a miles de catequistas como Diana, para que tengan una formación con la que poder enseñar la fe católica. ACN también les ayuda con material catequético y otros proyectos de formación.
Miles de catequistas valientes y entregados están dispuestos a llevar el Evangelio, pero necesitan tu ayuda para sostenerse, y poder plantar esa semilla tan necesaria en corazones rotos, sedientos de Dios. Ellos son instrumento para llevar el Evangelio a los lugares donde los cristianos sufren.