Gabriel: Seminarista en medio de la necesidad de Bosnia
De pequeño, siendo monaguillo, encontró, casi sin saberlo, el sentido de su vida. Hoy, a sus 22 años, Gabriel sabe la dificultad de ser sacerdote en su país, pero nada frena su deseo de llevar a Cristo a los que más sed tienen de esperanza y consuelo. La Iglesia católica juega un papel fundamental en la reconciliación y sanación de este país. “Ahora más que nunca, esta nación necesita sacerdotes”.
Hoy, en Bosnia – Herzegovina, viven aproximadamente 380.000 católicos y se estima que cada año 10.000 abandonan el país por discriminación y pobreza. En el seminario teológico de Vrhbosna, en Sarajevo, antes de la guerra de los años 90 estudiaban 80 jóvenes. Ahora son solo doce.
Treinta años después de la última guerra, Bosnia y Herzegovina sigue siendo un país dividido por la lengua, la etnia y la religión. La Iglesia católica juega un papel importante en el proceso de reconciliación y sanación después de la guerra y un inmenso trabajo de caridad social. “Más que nunca, esta nación necesita sacerdotes”, comenta Gabriel. “Lo importante no es si las personas necesitadas son musulmanas, ortodoxas o católicas, sino que necesitan que se les devuelva su dignidad”. Los croatas católicos son el grupo religioso más pequeño pero son un indispensable factor de unidad entre los bosnios musulmanes y los ortodoxos de etnia serbia.
Gabriel, nos comparte su sueño: “Ser un sacerdote sencillo, rezar con regularidad, respetar y amar a la gente, para contribuir, así, a construir la paz en este país lleno de dificultades”. Añade: “Estoy feliz aquí, aunque un poco triste porque cada vez hay menos seminaristas. Ojalá nuestra casa estuviera llena”.
El Covid-19 agravó la situación económica y social de Bosnia
Ayuda a la Iglesia Necesitada apoya la formación de seminaristas y vocaciones católicas en Bosnia-Herzegovina para “convertir una Iglesia necesitada en una Iglesia con futuro”. Alimentar estas vocaciones es una tarea central para P. Zdenko Spajić, rector del seminario mayor de Sarajevo. Necesitan ayuda porque los gastos fijos son elevados y el centro no se puede sostener por sí solo. “El coste de vida en nuestro país no guarda proporción con el nivel económico de la población”, dice el rector. “Además, el Covid-19 agravó aún más la situación. Durante aquellos meses de pandemia, las Misas se celebraban en nuestras parroquias sin gente, reduciendo así a cero los ingresos de la arquidiócesis, que financia la mayor parte del seminario”, concluye el P. Zdenko.on Afonso.
ACN se ha comprometido a ayudar al seminario de Sarajevo a afrontar los costes de personal y de pensión y alojamiento de Gabrijel y sus once compañeros seminaristas que serán los futuros sacerdotes de Bosnia-Herzegovina, Serbia y Macedonia.