Joachim: Formarse para regalar el Amor a los más necesitados en Bangladesh
Fue el buen hacer de un misionero italiano lo que alentó a Joachim, cuando era un niño, a ser sacerdote. Hoy compagina sus estudios en el seminario mayor del Espíritu Santo en Dhaka, con trabajo pastoral en una parroquia cercana: visita a enfermos en hospitales, cuida a ancianos y familias pobres, imparte catecismo a niños. “Es un regalo precioso, compartir y llevar el Amor de Dios a la gente”. Su misión en esta vida no ha hecho más que empezar.
Con una población de 163 millones de personas en un área de 148.460 kilómetros cuadrados, Bangladesh es uno de los países más densamente poblados del mundo. Del total de la población, el 89% son musulmanes, los hindúes constituyen el 9,5%, y los cristianos católicos, con 270.000 creyentes, representan sólo el 0,2% de los habitantes. Además, más del 60% de los cristianos pertenecen a minorías étnicas y son discriminados, no solo por su fe sino también por su etnia. Desde hace algunos años, Bangladesh ha experimentado un crecimiento económico alentador, aunque una gran parte de la población todavía sufre pobreza.
En Dhaka, la capital, se encuentra el seminario mayor del Espíritu Santo, que cuenta con 8 profesores residentes y 36 visitantes y 141 seminaristas. Joachim Robin, de la etnia santal, es uno de ellos. Está cursando el último año de Teología.
“Tengo el deseo de ser sacerdote desde mi niñez. Me impresionó mucho la predicación, la enseñanza y el cuidado de mi párroco, el P. Paolo Ciceri, con los enfermos. Vi su sencillez, espiritualidad, dedicación, preocupación y amor por los necesitados, oprimidos y marginados. Así que decidí dedicar mi vida a la predicación de la Palabra de Dios y también a ayudar a los pobres y necesitados”.
El seminario depende en gran medida de las contribuciones locales
A raíz de la pandemia del Coronavirus, las donaciones al seminario son casi inexistentes. Además, los precios de los productos básicos siguen aumentando, lo que pone al seminario bajo presión para atender al personal y los seminaristas.
Joachim nos cuenta su experiencia en el seminario: “Vivir con seminaristas de origen multicultural es muy positivo. Vivimos en unidad y cooperamos entre nosotros para luchar por convertirnos en sacerdotes santos”. Además de estudios, el seminario les brinda la oportunidad de tener una experiencia de trabajo pastoral. Los seminaristas visitan a los enfermos en hospitales, cuidan de las familias pobres y de los ancianos que viven solos en los alrededores del seminario. Además imparten catequesis a niños. “Al hacer mi trabajo pastoral, comparto y llevo el Amor de Dios a la gente”, explica Joachim.
Un total de 92 jóvenes del seminario mayor del Espíritu Santo en Dhaka reciben el apoyo (30.000 €) de Ayuda a la Iglesia Necesitada para su sostenimiento. 92 jóvenes que van camino de ser grandes pastores, con la ayuda de Dios y el apoyo material de personas como tú. ¡Tenemos que seguir ayudándoles!