» TESTIMONIO

Mariam Ibrahim: “La oración fue mi fortaleza en prisión”

En 2014, Mariam Ibrahim —también conocida como Mariam Ishag— fue condenada a muerte en Sudán por supuesta apostasía y a 100 latigazos por “adulterio”.

Su “delito”: haberse casado con un cristiano y negarse a renunciar a su fe. Durante meses, permaneció en prisión, embarazada y sola, enfrentando una de las pruebas más duras de su vida. Hoy, su historia resuena como símbolo de fe inquebrantable y esperanza para millones de creyentes perseguidos en el mundo.

“Pasé la Navidad en prisión y solo podía orar”

“Descubrí que estaba embarazada justo antes de ser encarcelada”, recuerda Mariam. “Esa primera noche en la celda estaba aterrorizada y solo podía orar. Mi madre había fallecido, mi familia paterna me rechazaba y los medios me llamaban ‘impura’ y ‘digna de la muerte’”.

Durante su estancia en prisión, su fortaleza espiritual fue puesta a prueba. Pero la oración y la Palabra de Dios se convirtieron en su refugio.

Uno de los momentos más sobrecogedores de su relato fue cuando contó cómo logró conservar su Biblia:

“Tuve que cortar las páginas y esconderlas en mi cabello para poder leerlas en el baño. Esa Biblia de la prisión la sigo llevando conmigo a donde quiera que vaya”.

Mariam asegura que fue la oración lo que la sostuvo en los días más oscuros: “Cuando todo parecía perdido, Dios me dio la fuerza para seguir. En medio de la desesperación, sentí Su presencia”.

Un “milagro” de libertad

Su liberación llegó gracias a la presión internacional, la mediación del gobierno italiano y la intervención diplomática de Estados Unidos. Mariam y su familia se refugiaron durante semanas en la embajada estadounidense en Jartum antes de poder salir del país.

“Estoy agradecida porque mis hijos están a salvo y porque ahora puedo usar mi voz para quienes aún sufren por su fe”, expresó Mariam en su mensaje durante la presentación del Informe sobre la Libertad Religiosa en el Mundo 2025, organizado por Ayuda a la Iglesia Necesitada en Roma.

Aunque no pudo asistir en persona debido a un problema de visado, envió su testimonio desde Estados Unidos, donde actualmente vive con su familia. “Trae esperanza a mi corazón ver el trabajo y la defensa de quienes no olvidan a los perseguidos. Estoy profundamente agradecida con mis amigos de ACN”, dijo emocionada.

Gracias a tu ayuda, su voz y la de muchos otros sigue viva

La historia de Mariam no solo habla de sufrimiento, sino de fe, esperanza y libertad. Gracias a tu apoyo, ACN puede seguir dando voz a quienes son perseguidos por su fe y promoviendo el derecho fundamental a la libertad religiosa en todo el mundo.

Más de 5.400 millones de personas viven en países donde este derecho está gravemente amenazado.

Con tu ayuda, podemos hacer que historias como la de Mariam no caigan en el silencio. 

Apoya la labor de ACN y haz posible que más personas encuentren esperanza en medio de la persecución.

FIRMA EL MANIFIESTO POR LA LIBERTAD RELIGIOSA

La libertad religiosa está en juego para más de la mitad de la población mundial. Tú puedes hacer algo. 

Defiende este derecho humano fundamental.

Ayúdanos compartiendo este testimonio en tus redes sociales

Comparte esta página

Ayúdanos compartiendo este testimonio en tus redes sociales

Para estar al día de noticias, proyectos, testimonios, campañas de oración, eventos