» TESTIMONIO

P. Martín Prado: “Este vehículo ha sido mi salvación, realmente me cambia la vida”

El P. Martín pertenece a la diócesis de Vánimo, en plena selva de la isla de Papúa Nueva Guinea. Está haciendo una gran labor misionera y desde hace unos meses a este sacerdote argentino le ha cambiado la vida. Los benefactores de Ayuda a la Iglesia Necesitada le han proporcionado un coche que le permite llegar a más personas para atenderles espiritual y también humanamente.

“Papúa Nueva Guinea es una isla muy olvidada en un rincón del mundo. Es un ecosistema de una gran biodiversidad y todavía muy bien conservado en su estado natural. Esta es una riqueza que los pueblos nativos han sabido aprovechar muy bien y han aprendido a cuidarla. Sin embargo, el P. Martín Prado, sacerdote del Instituto del Verbo Encarnado, señala que “en la isla no hay rutas que comuniquen una provincia con otra. La falta de caminos ha hecho que la cultura, el desarrollo y la evangelización se hagan difícil allí.” 

Él pertenece a la diócesis de Vánimo a donde sólo se puede acceder en avión. Allí, en la selva, “la gente no tiene nada, los chicos duermen en el suelo, ayudan a sus madres a cocinar con fuego, se bañan en el río, caminan descalzos… En mi parroquia, estoy anunciando el Evangelio por primera vez, bautizando a la gente y hablándoles de Jesucristo”, dice a ACN el sacerdote.

El P. Prado os da las gracias personalmente, en este vídeo:

Visita comunidades a las que solo se llega caminando, en bote o en canoa. Gracias a la generosidad de los benefactores de Ayuda a la Iglesia Necesitada, el P. Martín dispone de un vehículo que le permite llegar a muchas más personas. “El 4×4 nos ha servido hasta ahora de ambulancia para las mujeres que han tenido que ir de urgencia a dar a luz al centro médico; para llevar medicinas a los enfermos y transportar materiales para construir iglesias y casas de cuatro catequistas”, apunta el P. Martín.

“Me siento orgulloso de ese pick-up. Es un medio de trabajo, de evangelización”

El P. Prado está encargado de un proyecto educativo en la costa de Vánimo, donde hay dos escuelas de primaria y están comenzando una de secundaria para mil alumnos. El sacerdote pasa siete días en la selva y siete días en la costa. “Gracias a Dios yo tengo vehículo, pero hay sacerdotes que solo pueden visitar a sus comunidades una vez al año. Me siento orgulloso de ese pick-up. Es un medio de trabajo, de evangelización. Realmente me cambia la vida”, concluye el P. Prado.

Los benefactores de Ayuda a la Iglesia Necesitada han hecho posible que la diócesis de Vánimo disponga de un vehículo más y han hecho frente también a la construcción de una iglesia.

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