» TESTIMONIO

Sofía: “El amor de Dios es más grande que cualquier maldad humana”

Sofía tenía 12 años cuando huyó de Irak tras la invasión del Estado Islámico. Sobrevivió a la guerra, al exilio y a un ataque con misiles. Años después, conoció al Papa en la JMJ de Lisboa y hoy proclama un mensaje de perdón y esperanza.

El 6 de agosto de 2014, miles de cristianos iraquíes tuvieron que abandonar sus hogares cuando los terroristas del Estado Islámico invadieron la llanura de Nínive.

Entre ellos estaba Sofía, que entonces tenía 12 años. “No nos llevamos nada, solo los pasaportes. Quemaron nuestra casa y todas nuestras pertenencias”, recuerda.

La familia buscó refugio en Siria, pero allí tampoco encontraron paz: las iglesias eran bombardeadas durante las misas dominicales.

Un milagro en medio del horror

Un domingo, de camino a la iglesia, un misil explotó justo en la puerta. Sofía quedó aturdida, cubierta de polvo y rodeada de vidrios rotos, pero milagrosamente salió ilesa junto a sus hermanos.

“Sabía que era un milagro. Físicamente era imposible sobrevivir. Dios me protegió de la muerte y a mis hermanos también”, cuenta emocionada.

De refugiada a mensajera de esperanza

La familia logró finalmente asentarse en Inglaterra. Allí, Sofía siguió creciendo en la fe hasta que en 2023 vivió una experiencia única: fue elegida para participar en el Ensemble 23 en la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa.

“Conocí a jóvenes católicos de todo el mundo. En el vía crucis vimos cómo la gente se emocionaba, cómo Dios tocaba los corazones”.

Al final de una actuación, Sofía se encontró frente al Papa Francisco:

“Él me miró, me llamó y puso su mano sobre mi cabeza. Después de todo lo vivido, fue el gesto más suave que podía imaginar. Comprendí que Dios había estado siempre a mi lado”.
Sofía

El poder del perdón

Hoy, el testimonio de Sofía se resume en una frase que conmueve:

“Los perdono, perdono a todos los que me hicieron daño. El amor de Dios es más grande que cualquier maldad humana. Si Jesús perdonó en la cruz, ¿quién soy yo para no perdonar?”.

Cuando miles de cristianos como Sofía fueron obligados a huir, ACN estuvo allí: ofreciendo ayuda inmediata, reconstruyendo hogares destruidos en la llanura de Nínive y apoyando a las Iglesias locales para mantener viva la fe en Irak.

Tú puedes ayudar a que familias cristianas en Irak no pierdan la esperanza

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