Via Crucis por Ucrania, que termine pronto la guerra y haya paz

Ucrania: Un Via Crucis en tiempos de guerra

Hoy, en muchos lugares del mundo, la humanidad en general y los cristianos en particular están viviendo un auténtico via crucis: la guerra, el terrorismo, la persecución religiosa, la pobreza extrema. Con ellos está Jesús, condenado a muerte, cargando con la cruz, sufriendo y a la vez consolando a los oprimidos. En esta ocasión, te presentamos este Via Crucis por Ucrania, centrado en la guerra y en el dolor y el trauma que están viviendo miles de personas en este país europeo a causa de la guerra.

A través del rezo de este Via Crucis, te animamos a unirte en oración a nuestros hermanos que viven el trauma de la guerra. Reza por ellos para que pronto se restablezca la paz. Reza por la reconciliación de estos pueblos. Que este Via Crucis te ayude a unir el sufrimiento del pueblo ucraniano al de Cristo, en este tiempo de Cuaresma, de ayuno, oración y limosna.

Intención de oración:

Te pedimos la paz para este país, Señor, que lleva condenado a muerte desde que en febrero de 2022 se recrudeció la guerra con la invasión militar de Rusia. Acoge en Tu Reino a los miles de fallecidos. Protege a toda la población y a los sacerdotes y religiosos que han decidido quedarse para sostener física y espiritualmente a su gente.

Reza el Via Crucis por Ucrania aquí

+ En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén 

Primera estación: Jesús es condenado a muerte

V/ Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,

R/ Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 22-23.26

“Pilato les preguntó: «¿y qué hago con Jesús, llamado el Mesías?» Contestaron todos: «¡que lo crucifiquen!» Pilato insistió :«pues ¿qué mal ha hecho?» Pero ellos gritaban más fuerte: «¡que lo crucifiquen!» Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran”.

La sentencia del 24 de febrero de 2022

Durante la madrugada de aquel 24 de febrero de 2022, se escucharon explosiones y disparos en muchas ciudades de Ucrania. Se trataba de una invasión de gran magnitud, por parte de la vecina Rusia. Los ucranianos creyeron que aquello era un mal sueño, un espejismo y esperaban que la guerra terminara rápidamente. Pero no está siendo así. Los Pilatos de hoy sentencian de muerte a millones de víctimas inocentes, en Ucrania y en aquellos lugares del mundo donde hay guerra y violencia.

Oración

Oh Señor, sálvame de sentenciar a mi prójimo con mis palabras u obras. Dame la fuerza para estar siempre del lado de la vida y construir, en lugar de destruir. Perdona a los que se han convertido en instrumentos de muerte y odio. Y que los ucranianos encuentren en Ti la fuerza, Señor, para sobrellevar esta calvario tan doloroso.

Padre Nuestro. Ave María. Gloria

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí.

Segunda estación: Jesús, con la cruz a cuestas

V/ Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,

R/ Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 27-31

“Los soldados del gobernador se llevaron a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de Él a toda la compañía: lo desnudaron y le pusieron un manto de color púrpura y trenzando una corona de espinas se la ciñeron a la cabeza y le pusieron una caña en la mano derecha. Y doblando ante Él la rodilla, se burlaban de Él diciendo: «¡Salve, Rey de los judíos!». Luego lo escupían, le quitaban la caña y le golpeaban con ella en la cabeza. Y terminada la burla, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo llevaron a crucificar”.

Aceptar la cruz

El milagro que esperaba el pueblo ucraniano no ha sucedido. La guerra continúa. Jesús ha nacido, vivido y muerto durante la ocupación. Jesús, pacientemente, toma la cruz sobre sus hombros y va hacia Su muerte para darnos la vida. No llevó a cabo una revolución, hizo más: redimió a la humanidad. También en Ucrania mueren justos por injustos. Madres, esposas, hijos, amigos lloran y tratan de aceptar la muerte de sus seres queridos en el campo de batalla.

Oración

Oh Señor, enséñanos en estos tiempos de prueba y dificultad a acudir a Ti cada vez que no podamos más, cada vez que el peligro aceche, como la verdadera fuente de Vida. Perdona a aquellos que, cegados por la ideología, llevan la muerte en sus manos. Que este tiempo de pruebas dolorosas, como la guerra de Ucrania, sea una oportunidad para apartarnos de nuestras iniquidades.

Padre Nuestro. Ave María. Gloria

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí.

Tercera estación: Jesús cae por primera vez

V/ Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,

R/ Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Lectura del libro del profeta Isaías 53, 4-6

“Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado, traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable vino sobre Él, sus cicatrices nos curaron. Todos errábamos como ovejas, cada uno siguiendo su camino, y el Señor cargó sobre Él todos nuestros crímenes”.

La guerra es fuente de mal

El desgaste psicológico que supone la guerra está dejando a la población ucraniana, bloqueada existencialmente, ida, agotada, con profundas heridas en el cuerpo y en el alma, con rabia y desesperación. La guerra muestra todas las debilidades del ser humano. Las quejas, el egoísmo, la corrupción, el adulterio, el aborto, la mentira, el robo… Solo Dios da la fuerza para levantarnos inmediatamente después de caer, para que no nos quedemos atrapados en el barro.

Oración

Oh Señor, sabemos que somos débiles y pecadores. Sin Tu Gracia no valemos nada. Otórganos, a los que viven la crueldad de la guerra y a los que no, el valor para acudir rápidamente a Ti nada más caer y no permanecer en el pecado. Perdona a los que se sienten tentados a usar el dolor de la gente para su propio beneficio.

Padre Nuestro. Ave María. Gloria

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí.

Cuarta estación: Jesús encuentra a su Madre

V/ Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,

R/ Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Lectura del Evangelio según San Lucas 2, 34-35.51

“Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma». Su madre conservaba todo esto en su corazón”.

El dolor de las mujeres de Ucrania

No hay mujer en Ucrania que no haya perdido a su marido, a un hijo, hermano, a su padre, a un sobrino o a un íntimo amigo, en estos años de guerra. O que tenga a alguien cercano batallando en el frente y que lleve meses sin recibir señales de vida. Cuántos familiares y amigos se encuentran en paradero desconocido y cuántos cuerpos sin vida no recuperados. El dolor de las viudas, de las madres y los niños es indescriptible.

Oración

Oh Señor, fortalece a todas las madres que tienen a sus hijos en la guerra, consuela a las que les han perdido y a las que no saben aún si su hijo vive o ha fallecido. Bendice a todas las madres, también a las nuestras, y a aquellos que, con espíritu maternal, atienden a huérfanos y a los más necesitados. Perdona a los que han rechazado el don de ser padres. Ante el arrepentimiento, sana sus heridas. Haznos sensibles a la llamada de socorro de las madres que necesitan ayuda para sacar adelante a sus hijos.

Padre Nuestro. Ave María. Gloria

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí.

Quinta estación: El Cireneo ayuda a Jesús a llevar la cruz

V/ Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,

R/ Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Lectura Evangelio según San Mateo 27, 32; 16, 24

“Al salir, encontraron a un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo forzaron a que llevara la cruz.
Jesús había dicho a sus discípulos: «El que quiera venir conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga»”.

Los cirineos de la guerra

No importa cómo de fuerte y de oscuro sea el mal, siempre habrá bien, vida y amor para contrarrestarlo. No importa cuán terrible sea la guerra, siempre habrá alguien que, fiel a la inspiración de Dios, nunca deje de hacer el bien, de ayudar y de apoyar a los que más lo necesitan. La Iglesia católica en Ucrania es buena muestra de ello. Sacerdotes, religiosas y laicos comprometidos se entregan en cuerpo y alma y se ponen al servicio de los más vulnerables. Les ayudan a llevar su cruz.

Oración

Oh Señor, enséñanos a socorrer a nuestro prójimo con un corazón dispuesto. Que en ellos te veamos a Ti. Perdona a todos los que, pudiendo ayudar, perdieron la oportunidad de hacerlo. Que no nos falte la fe y la confianza en la Providencia de Dios. Y a esos cirineos de Ucrania que ayudan a los más necesitados a llevar su cruz y curan sus heridas del alma, dales la fuerza y la fe para perseverar.

Padre Nuestro. Ave María. Gloria

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí.

Sexta estación: La Verónica enjuga el rostro de Jesús

V/ Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,

R/ Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Lectura del libro del profeta Isaías 53, 2-3

“No tenía figura ni belleza. Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado por los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultan los rostros; despreciado y desestimado”.

Pequeños gestos de amor

El gesto de La Verónica puede parecer pequeño e insignificante, pero en el contexto del Via Crucis adquiere un gran significado. Ucrania ha recibido y continúa recibiendo gran cantidad de ayudas. Muchas de estas ayudas han sido posibles gracias a pequeñas contribuciones de personas anónimas, gracias a sus pequeños gestos de amor. También en nuestro día a día, pequeños gestos con los demás pueden cambiarles el día y a veces hasta la vida.

Oración

Oh Señor, que cada día aprovechemos las oportunidades que nos llegan para cambiar el mundo con pequeños gestos de gran amor. Bendice a todos los benefactores de Ayuda a la Iglesia Necesitada que han abierto sus corazones para ayudar a la Iglesia en Ucrania. Mueve a los que no lo han hecho aún. Enjugando sus lágrimas, enjugamos también las tuyas.

Padre Nuestro. Ave María. Gloria

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí.

Séptima estación: Jesús cae por segunda vez

V/ Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,

R/ Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Lectura del libro de las Lamentaciones 3, 1-2.9.16

“Yo soy el hombre que ha visto la miseria bajo el látigo de su furor. Él me ha llevado y me ha hecho caminar en tinieblas y sin luz. Ha cercado mis caminos con piedras sillares, ha torcido mis senderos. Ha quebrado mis dientes con guijarro, me ha revolcado en la ceniza”.

Vivir con lo imprescindible

El via crucis que la población ucraniana está viviendo desde 2014 y en especial desde 2022, con la invasión rusa, es también una oportunidad para que cada persona entre en el fondo de su alma y revise su vida. Quienes están apegados a lo terrenal, a la propiedad y al dinero, sin duda sufren más cuando algo, como una guerra, se lo arrebata. Pero la ansiedad, los bombardeos y los desplazamientos forzados que provoca una guerra, demuestran también lo poco que el ser humano necesita para vivir y cuáles son los verdaderos valores de la vida humana.

Oración

Oh Señor, ayúdanos a apreciar lo que realmente vale la pena en nuestras vidas y a deshacernos de lo que nos distrae y nos aparta de tu camino. Perdona a los que están cegados por el afán de poseer, y por ello, están lejos de Ti. Te pedimos que a nadie en Ucrania le falte el alimento, un techo digno, educación para jóvenes y niños, la asistencia médica y el consuelo y la esperanza de los que la transmiten en Tu nombre.

Padre Nuestro. Ave María. Gloria

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí.

Octava estación: Jesús encuentra a las mujeres de Jerusalén

V/ Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,

R/ Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Lectura del Evangelio según San Lucas 23, 28-31

“Jesús se volvió hacia ellas y les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos, porque mirad que llegará el día en que dirán: «dichosas las estériles y los vientres que no han dado a luz y los pechos que no han criado». Entonces empezarán a decirles a los montes: «Desplomaos sobre nosotros»; y a las colinas: «Sepultadnos»; porque si así tratan al leño verde, ¿qué pasará con el seco?”

¿De qué lado estás?

En una guerra, unos están del lado de la víctima, y otros apoyan al agresor. Pero también existe la posición indecisa. ¿Es posible ser solo un observador en una guerra?  En las gradas del mundo hay “espectadores” que siguen el curso de las hostilidades, guerras, peleas e injusticias. Pueden conmoverse con la sangre y el dolor de las víctimas, pero no hacen nada para frenar el conflicto. Y tú, ¿de qué lado estás?

Oración

Oh Señor, haz que nuestros corazones sean sensibles a la Verdad y danos el coraje para estar siempre en el lado bueno. Perdona a aquellos que tienen miedo a manifestarse. Da valor y la confianza en Ti que los ucranianos necesitan para elegir el bien, aunque el mal esté tan presente y les oprima tanto.

Padre Nuestro. Ave María. Gloria

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí.

Novena estación: Jesús cae por tercera vez

V/ Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,

R/ Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Lectura del libro de las Lamentaciones 3, 27-32

“Bueno es para el hombre soportar el yugo desde su juventud. Que se sienta solitario y silencioso, cuando el Señor se lo impone; que ponga su boca en el polvo: quizá haya esperanza; que tienda la mejilla a quien lo hiere, que se harte de oprobios. Porque el Señor no desecha para siempre a los humanos: si llega a afligir, se apiada luego según su inmenso amor”.

Mirar siempre a Jesús

Parece como si esta guerra nunca fuera a terminar. Las malas noticias generan tensión y afectan al día de las personas y les quitan alegría. La oscuridad asusta. Cuando miras a un mar de maldad, sus olas parecen atraerse y eso te roba la paz. Por eso es importante que miremos a Jesús en medio de la tormenta que se acerca hacia nosotros, sus hijos amados. Y Él nos inundará de calma y de esperanza.

Oración

Oh Señor, perdónanos por todas las veces que no hemos dirigido a Ti nuestra mirada, sino a nuestros temores. Perdona a aquellos que desean manipular a los demás sembrando este miedo en sus almas. Y a nuestros hermanos de Ucrania muéstrales tu fidelidad y deposita la confianza en sus corazones.

Padre Nuestro. Ave María. Gloria

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí.

Décima estación: Jesús es despojado de las vestiduras

V/ Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,

R/ Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 33 -36

“Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota (que quiere decir «La Calavera»), le dieron a beber vino mezclado con hiel; él lo probó, pero no quiso beberlo. Después de crucificarlo, se repartieron su ropa echándola a suertes y luego se sentaron a custodiarlo”.

La guerra despoja de dignidad

La ropa que usamos para cubrir nuestros cuerpos nos da una cierta sensación de seguridad y de dignidad. Estamos protegiendo algo íntimo y privado para nosotros ante personas desconocidas y extraños. La guerra rompe con lo más íntimo y lo más básico del hombre, sus seguridades, y éste vive en constante alerta ante posibles amenazas.

Oración

Señor, te damos gracias por aquellos que no han perdido su humanidad a pesar de la guerra. Perdona a los que no han resistido la tentación y se han convertido en extraños para su prójimo. Que nunca nos volvamos indiferentes ante las necesidades más básicas de nuestros hermanos. ¿Qué puedes hacer tú por ellos?

Padre Nuestro. Ave María. Gloria

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí.

Undécima estación: Jesús es clavado en la cruz

V/ Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,

R/ Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Lectura del Evangelio según San Mateo 7, 37-42

“Encima de la cabeza colocaron un letrero con la acusación: «Este es Jesús, el Rey de los judíos». Crucificaron con él a dos bandidos, uno a la derecha y otro a la izquierda.

Los que pasaban, lo injuriaban y decían meneando la cabeza: «Tú que destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, baja de la cruz».

Los sumos sacerdotes con los letrados y los senadores se burlaban también diciendo: «A otros ha salvado y él no se puede salvar. ¿No es el Rey de Israel? Que baje ahora de la cruz y le creeremos»”.

Las heridas del alma

La guerra en Ucrania deja un país completamente herido, destrozado. Cientos de kilómetros de campos han sido bombardeados y minados. Pueblos y ciudades enteras están desapareciendo del mapa, de la faz de la tierra. Estas heridas sangran cada día más. Es posible reconstruir el país, pero ¿qué pasará con los millones de corazones tan profundamente heridos y traumatizados?

Oración

Oh Señor, abrázanos en Tu Corazón y permítenos sentir Tu Amor, para que queden sanadas las heridas que cada uno llevamos en nuestra alma. Perdona a los que rechazan deliberadamente tu abrazo. Que la salvación de tantísimas almas en Ucrania sea la prioridad para quienes tienen en sus manos la paz y la posterior reconstrucción de este país.

Padre Nuestro. Ave María. Gloria

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí.

Duodécima estación: Jesús muere en la cruz

V/ Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,

R/ Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 45-50. 54

“Desde el mediodía hasta la media tarde vinieron tinieblas sobre toda aquella región. A media tarde Jesús gritó: «Elí, Elí lamá sabaktaní», es decir: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» Al oírlo algunos de los que estaban por allí dijeron: «A Elías llama éste». Uno de ellos fue corriendo; enseguida cogió una esponja empapada en vinagre y, sujetándola en una caña, le dio de beber. Los demás decían: «Déjalo, a ver si viene Elías a salvarlo». Jesús, dio otro grito fuerte y exhaló el espíritu. El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, al ver el terremoto y lo que pasaba dijeron aterrorizados: «Realmente éste era Hijo de Dios»”.

No hay amor más grande…

No hay amor más grande que el del que da la vida por los amigos. Miremos a aquellos que dieron su vida por su país y sus familias a través del prisma de estas palabras de Jesús. La guerra en Ucrania está matando a la flor de la nación, pero confiemos en que este sacrificio puede dar frutos abundantes, y estamos seguros de que los fallecidos contemplarán el rostro de Dios cuanto antes.

Oración

Oh Señor, sé una recompensa para todos los que han dado su vida por su prójimo y da valor a los que les toque hacerlo. Perdona a los que han tomado las armas y matan a los indefensos.Demos gracias por cada una de las personas que en Ucrania y en el mundo entero, entregan su vida por los demás o la desgastan día a día, sirviendo a quienes más lo necesitan.

Padre Nuestro. Ave María. Gloria

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí.

Decimotercera estación: Jesús es bajado de la cruz y entregado a su Madre

Foto: Mariusz Krawiec / Família Cristã

V/ Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,

R/ Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 54-55

“El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, al ver el terremoto y lo que pasaba dijeron aterrorizados: «Realmente éste era Hijo de Dios». Había allí muchas mujeres que miraban desde lejos, aquellas que habían seguido a Jesús desde Galilea para atenderle”.

Fallecidos desaparecidos

La madre de Jesús pudo presentar sus últimas muestras de respeto al cuerpo de su amado Hijo. Muchas madres y esposas ucranianas todavía están esperando ese momento. Cuántos de los muertos y desaparecidos aún no han regresado con sus seres queridos porque sus cuerpos no pueden ser recuperados del campo de batalla o murieron en circunstancias desconocidas.

Oración

Oh Señor, concédenos que seamos fortalecidos en la esperanza de alcanzar por siempre tu Reino Celestial, junto a nuestros seres queridos. Fortalece el espíritu de todos aquellos que en Ucrania, esperan el regreso de los prisioneros, de los heridos y de los desaparecidos. Que el trauma de la muerte y la destrucción de la guerra no destruyan sus corazones. Llénales de tu Paz. Perdona a quienes colaboran en este sinsentido de la guerra. Que no haya más muerte, más lágrimas, más sufrimiento.

Padre Nuestro. Ave María. Gloria

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí.

Decimocuarta estación: Jesús es puesto en el sepulcro

V/ Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,

R/ Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 59-61

“José, tomando el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia, lo puso en el sepulcro nuevo que se había excavado en una roca, rodó una piedra grande a la entrada del sepulcro y se marchó. María Magdalena y la otra María se quedaron allí sentadas enfrente del sepulcro”.

Misericordia durante la espera

Divisando los cementerios de Ucrania, repletos de tumbas, puede parecer que aquello es el final. Sin embargo, todo lleva su tiempo. Jesús tuvo que esperar tres días para la Resurrección. La población ucraniana también está esperando. Que la bondad, el amor y la misericordia crezcan entre todos ellos durante esta espera.

Oración

Oh Señor, te pedimos por las almas del purgatorio y por los que caminamos aún por esta vida. Que unos y otros nos reencontremos un día felices contigo en el cielo y vivamos juntos la resurrección. Fortalece la fe de nuestros hermanos de Ucrania en este tiempo de prueba y concédeles el deseo  sobre todo de cumplir Tu voluntad en cada momento de sus vidas. Perdona a los causantes de la guerra, despierta en ellos el deseo de conversión.

Padre Nuestro. Ave María. Gloria

Señor, pequé. Ten piedad y misericordia de mí.

Oración final

Te suplico, Señor, que me concedas, por intercesión de tu Madre la Virgen, que cada vez que medite tu Pasión, quede grabado en mí con marca de actualidad constante, lo que Tú has hecho por mí y tus constantes beneficios. Haz, Señor, que me acompañe, durante toda mi vida, un agradecimiento inmenso a tu Bondad. Amén.

Únete en oración por la paz en Ucrania

Dios, Todopoderoso, querido Padre de todos:

Unidos como hermanos, te pedimos hoy por la paz en Ucrania,

que sufre la barbarie de la guerra.

Da luz a los que tienen el poder de frenar tanta violencia,

por encima de sus intereses partidistas.

Ten piedad de los más indefensos,

de tantas vidas humanas inocentes.

Que los más vulnerables sientan Tu abrazo

a través de los sacerdotes, religiosas y laicos

que forman la Iglesia en Ucrania.

A estos, dales la fuerza y la gracia

para ser consuelo y esperanza

en estos momentos de tanta sinrazón y sufrimiento.

María, Madre de Dios y Madre nuestra, Reina de la paz,

intercede por Ucrania, por Europa y por el mundo entero.

Amén.

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