Los cristianos de Beirut hacen frente, tras la explosión, a los acaparadores de tierras
› Líderes eclesiales y políticos acuerdan aprobar una ley para impedir la venta de casas destruidas, con el fin de frenar la emigración
ACN, John Pontifex.- Los cristianos de Beirut han reaccionado con unidad frente a la noticia de que ciertos grupos quieren sacar provecho de la explosión del puerto de Beirut, que ha destruido las viviendas de unas 300.000 personas, según fuentes locales. Los llamados «acaparadores de tierras» están tratando de persuadir a las víctimas de la catástrofe de que vendan sus propiedades. Sin embargo, el llamamiento de los líderes de las Iglesias locales y el compromiso de las comunidad cristiana beirutí es firme, en general todos están optando por mantener sus casas dañadas en lugar de aceptar las ofertas para vender y marcharse.
El sacerdote Toufic Bou-Hadir, director de la Comisión Patriarcal Maronita para la Juventud, ha destacado que los barrios cristianos de Beirut han sido los más afectados por la explosión, y explica que en los últimos días los líderes eclesiales han trabajado junto a los políticos con el fin de frenar a los acaparadores de tierras, aprobando una ley que impide a los fieles vender sus casas.
“Hay gente que intenta sacar provecho de esta catástrofe y comprarles tierras y casas a los cristianos”, comenta el sacerdote a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN). Y ha añadido: “La gente quiere quedarse. Algunos ancianos -y también los más jóvenes- se están quedando en sus casas, incluso en las que están dañadas. Con todo el respeto a la gente que tiene otras creencias religiosas, no podemos vender casas cristianas a otros. No queremos cambiar la demografía. La tierra no solo tiene un valor material: es nuestra dignidad; es donde tenemos nuestras raíces”.
Mientras tanto, cerca de 300 jóvenes han llenado la dañada catedral maronita de San Jorge de Beirut -situada a apenas un kilómetro del lugar de la explosión-, en una vigilia nocturna en la que el Arzobispo Paul Abdel Sater les ha pedido que no pierdan la fe en su futuro. El sacerdote Bou-Hadir, por su parte, ha elogiado a los jóvenes, que han estado trabajando duro como voluntarios para limpiar las calles de escombros y para distribuir suministros de emergencia a las familias.
A las pocas horas de la catástrofe, ACN ha aprobado un paquete de emergencia para proporcionar alimentos a 5.800 familias. Mons. Bou-Hadir ha resaltado que el camino de Beirut hacia la recuperación será largo y complicado, y ha informado de que 200 personas han muerto y 6.000 han resultado heridas. También ha dicho: “Quiero dar las gracias a Ayuda a la Iglesia Necesitada por proporcionar un apoyo esencial. Al principio, reinaba la conmoción y la gente estaba centrada en tratar de sobrevivir. Ahora la gente está asimilando el impacto de todo lo que ha ocurrido y se está dando cuenta de lo duro y difícil que será el futuro, pero nuestra esperanza está en Cristo”.