ACN.– El terremoto en Marruecos ha dejado casi 3.000 muertos, más de 5.500 heridos, pueblos enterrados, desolación. Y, en contraste, la esperanza. Han transcurrido más de 2 semanas del terremoto y apenas se escuchan noticias sobre los afectados, sus necesidades o sobre el futuro que les espera. Entre tanto silencio, escuchamos siempre a quien tiene una palabra de aliento para los que más sufren. El Papa Francisco reza por los heridos, por los que han perdido la vida y por sus familiares. “Doy las gracias a los equipos de rescate y a cuantos estén trabajando para aliviar los sufrimientos de la gente. Que la ayuda concreta de todos pueda sostener a la población en este trágico momento. Permanezcamos cerca del pueblo de Marruecos”.

En el programa ‘Perseguidos, pero no olvidados’, de Radio María, queremos mostrar la solidaridad que provoca sonrisas de ilusión en quienes lo han perdido todo. Por eso, hemos hablado con Fray Manuel Corullón, misionero Franciscano en Marruecos.

1. Padre, lo primero de todo, ¿cómo te encuentras?

Estamos todos bien en Marrakech. La casa y la iglesia están bien, el centro de la ciudad ha resistido al terremoto. El epicentro normalmente está a 85 kilómetros hacia el sur. Todos los miembros de la comunidad parroquial de Marrakech están bien. No ha habido ningún afectado.

2. ¿Dónde estabas en el momento del terremoto? ¿Cómo lo viviste?

Durante el momento del terremoto no me encontraba todavía en Marruecos. Había salido por unos días a España de vacaciones y estaba preparando mi regreso. Recibí inmediatamente noticias de mis hermanos franciscanos de Marrakech informándome del terremoto. Desde mi llegada ha sido un momento verdaderamente muy intenso. También de organización, de toda la ayuda humanitaria, que desde Cáritas y de la parroquia de Marrakech, estamos llevando a cabo. 

3. ¿Cuál es el ambiente ahora mismo en Marruecos después de una catástrofe como la vivida? ¿Continúan las labores de búsqueda y rescate de desaparecidos y de asistencia?

Desde el lunes hemos hecho una visita a todas las zonas afectadas. Ha sido realmente impresionante el ambiente que se está viviendo. Por una parte, un ambiente de mucha desolación y tristeza ante el derrumbe de tantas casas, la pérdida de vidas humanas, tantos heridos y tantos damnificados. Por otra parte, se está viviendo también con mucha esperanza, teniendo en cuenta la ayuda y la solidaridad de todo el pueblo marroquí y de la ayuda internacional que está llegando como signo de solidaridad de todo el mundo. 

4. ¿Qué zonas han sido las más afectadas? ¿Cuáles son las principales necesidades de la población?

Las zonas más afectadas han sido las de montaña: del Bajo y Medio Atlas, en todo el eje que va desde Marrakech hasta Tarudant. Hay muchas necesidades porque realmente son poblaciones que han perdido prácticamente todo. Algunas han sido completamente arrasadas donde casi todos los habitantes de la ciudad han fallecido. Es necesario tener más datos para poder llegar a algunos de los pequeños poblados de la montaña que han quedado completamente incomunicados.  Estamos intentado también, en comunión con las autoridades marroquís, ponernos en contacto para poder hacer llegar ayuda humanitaria de primera necesidad. 

5. ¿Qué tipo de ayuda están recibiendo las víctimas? ¿De dónde está llegando? 

Los damnificados están recibiendo mucho tipo de ayudas. Es increíble la solidaridad que se ha desplegado en todo Marruecos. Desde familias que van a hacer una compra al supermercado y la llevan a la montaña hasta asociaciones, empresas u organizaciones que están colaborando con todo lo que pueden. Desde nuestra parroquia, la pastoral social de la parroquia y Cáritas estamos intentando llegar hacia las víctimas sin ningún problema porque el gobierno marroquí está facilitando todo.

La ayuda que nos está llegando es a través de Cáritas Marrakech. Sobre todo ayuda local de gente de la parroquia que se está volcando con campañas que la gente de la parroquia está haciendo, de empresas marroquíes, también de donantes marroquís que ponen en nosotros su confianza. Hemos recibido ayuda para esta primera etapa de primera necesidad de Cáritas de la República Checa, de los franciscanos de España y el norte de Italia. También de alguna organización de los franciscanos de Alemania. Sabemos que han llegado algunas cuantas de ayudas de Cáritas Internacional, Cáritas España y Cáritas Italia, pero se encuentran en estos momentos en la sede de Cáritas Rabat esperando en una segunda fase que será sobre todo la reconstrucción y proyectos de puesta en marcha de nuevas iniciativas de desarrollo. 

6. Supongo que también las infraestructuras de la Iglesia han quedado dañadas, ¿verdad? ¿Podrías darnos algunos ejemplos?

Las infraestructuras de la iglesia han quedado un poco dañadas. La iglesia y la casa de los frailes está construida de piedra, por lo tanto ha resistido bien al temblor. Ha sido el interior sobre todo de la casa, y algunas partes de la iglesia y los salones parroquiales los que se han encontrado mayormente damnificados. Por el momento, resisten sin peligro de derrumbe, pero nos han dicho que en el momento de hacer una restauración será necesario demoler todo para poder ponerlo todo de nuevo. Sin embargo, me parece muy interesante también todas las iniciativas que estamos teniendo en marcha en estos momentos con la comunidad parroquial. Estamos preocupándonos más de los demás que de nosotros mismos. 

7. A pesar de que la Iglesia allí en Marruecos es minoritaria, ¿qué labor está haciendo estos días para ayudar a los afectados por este terremoto?

Creo que efectivamente aunque la comunidad cristiana en Marruecos es minoritaria y es poco significativa a nivel social, como párroco de Marrakech me encuentro gratamente sorprendido de la solidaridad que está llevando adelante toda la gente de la parroquia. Están manifestando un amor increíble por este pueblo de Marruecos para ponerse rápidamente en una actitud de respuesta de solidaridad, de organización… Todos los días acogen dones y suben a la montaña con los vehículos que tienen las familias para poder hacer la distribución. Para mí es verdaderamente increíble toda esta ayuda y solidaridad que está mostrando la gente de la parroquia de Marrakech.

8. ¿Cómo se vive a la luz de la fe un momento como este? 

A la luz de la fe estamos viviendo esta situación con mucha esperanza. Personalmente estoy aprendiendo tres cosas muy importantes: la solidaridad del pueblo marroquí, el amor de la gente de la parroquia de Marrakech por este pueblo, por esta gente y este país. En tercer lugar, el diálogo interreligioso que estamos viviendo a través de la relación con la población marroquí cómo se hace y se construye a través de la compasión.

9. Antes de despedirte, Fray Manuel, cuéntanos, ¿cuánto tiempo llevas en Marruecos y cuál es tu misión pastoral?

Llevo en Marruecos desde febrero del 2001. Estuve primero siete años en Tánger al servicio de la pastoral de la catedral de Tánger como párroco, después estuve 14 años en Rabat, los 9 últimos como custodio de los franciscanos en Marruecos. Desde hace un año he sido enviado a Marrakech y ahora soy el párroco de Marrakech, y, por tanto, también el presidente de la Cáritas parroquial de Marrakech. 

Hay una doble dimensión: pastoral y social. Es una parroquia grande y muy internacional con una presencia muy grande de jóvenes procedentes de toda África, sean trabajadores, profesionales o estudiantes. También, una comunidad muy internacional compuesta por muchos residentes europeos  que trabajan en Marrakech o que tienen distintos intereses económicos o turísticos en Marrakech que es la capital turística de Marruecos. Es por lo tanto también un gran desafío crear comunión y al mismo tiempo estar siempre atento para poder salir al paso de toda esta pastoral social que nos pone siempre alerta, siempre para la acogida de los inmigrantes que están siempre de paso por Marrakech, como para ponernos también al servicio de la población civil.