Recordamos la persecución de los critianos en Irak y la liberación de la niña Cristina
La historia de los cristianos de Irak es una historia de martirio, persecución y testimonio de la fe hasta entregar la vida
ACN.- En los últimos años y especialmente tras la caída de Sadam Husein en 2003, han sido desplazados de sus hogares de origen ,han ejecutado ataques contra iglesias, secuestros y asesinatos de cristianos por parte del creciente yihadismo islámico. La Iglesia de Irak es una Iglesia pobre, que ha perdido todo a manos de los yihadistas y muy perseguida. Hoy se encuentra en riesgo de desaparecer pues la comunidad cristiana se ve año a año mermada ante la discriminación, la falta de futuro, la emigración y los ataques terroristas.
En la noche del 6 al 7 de agosto de 2014, el Estado Islámico ocupó la región histórica de la llanura de Nínive y la vació de cristianos (sus habitantes originarios) que huyeron a la región del Kurdistán. Un gran número de personas quedaron atrapadas allí en Qaraqosh 50.000 habitantes, el más grande de mayoría cristiana de Irak .
Una familia cristiana perseguida y desplazada de su tierra por varios años
Los cuatro hijos mayores del matrimonio huyeron con otros familiares, pero Aida la madre de Cristina se quedó en casa junto con su marido y su hija Cristina de solo 3 años, demasiado pequeña para huir en mitad de la noche y a pie. El padre de la familia Jadar es ciego y se encontraba impedido para huir a la desesperada, así que decidieron quedarse.
El 22 de agosto de 2014, el Estado Islámico permitió que la familia de Cristina y otras familias abandonaran Bajdida (Qaraqosh) en dirección Erbil, tras robarles el dinero y el oro que tenían. Obligados a bajar del autobús sin chequeo médico, les volvieron a subir de nuevo. Fue en ese momento en el que el conductor miró fijamente a Aida y arrancó de sus brazos a la pequeña Cristina. Ante la amenaza de muerte de los terroristas, el matrimonio tuvo que presenciar cómo les arrebataban a su hija sin poder oponer resistencia.
Su madre se refugio en Dios, la oración y mantuvo la fe por la liberación de su hija
Más tarde, los padres fueron abandonados en medio del desierto. Consiguieron llegar a Erbil, capital del Kurdistán iraquí, gracias a un conductor que pasaba por allí. A pesar del desgarrador testimonio su madre nunca perdió la fe: “Creo y confío en Dios. Para él nada es imposible. Espero que traiga a Cristina de vuelta conmigo. Sé que me la devolverá”.
Hasta abril de 2015, los Jadar vivieron en el Ankawa Mall, un edificio destinado a ser un centro comercial que finalmente derivó en un centro de refugiados tras la ocupación del Daesh, sostenido por la Iglesia local a través de organizaciones como Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN). En aquellos días después de llegar a Erbil, lograron tener noticias de Cristina, a la que ya casi daban por muerta.
El hijo mayor de los Jadar consiguió que unos conocidos musulmanes de Mosul le asegurasen que estaba retenida allí, en una casa de islamistas adinerados. Aunque los años pasaban, dicha familia nunca perdió la esperanza de volver a encontrar. Su Madre pidió que se rezara por su pequeña para que pudiera volver a casa, y el padre, Khouder Ezzo, que ha acompañado a esta familia durante todos estos años ha rezado un rosario diario por la liberación de su hija.
La liberación fue gracias a la colaboración de una familia musulmana dentro de la cual, junto a los diez hijos del matrimonio, Cristina fue considerada como una más. Sin embargo, el matrimonio intentó en todo momento encontrar a la verdadera familia de la pequeña.
En la mañana del viernes, 9 de junio, la familia de Cristina acudió al punto de encuentro y así se conocieron ambas familias. Cristina, que estaba perfectamente, fue entregada a su familia verdadera. Sus padres dieron las gracias a la familia que la había cuidado durante los últimos tres años. Así, finalmente, Cristina regresó junto a sus verdaderos padres, su familia, sus parientes y su gente.
La liberación fue gracias a la colaboración de una familia musulmana dentro de la cual, junto a los diez hijos del matrimonio, Cristina fue considerada como una más. Sin embargo, el matrimonio intentó en todo momento encontrar a la verdadera familia de la pequeña. Y así fue como se produjo el tan esperado reencuentro.
La familia Jadar y los cristianos desplazados en Erbil celebraron con gran alegría el regreso de Cristina. (ver aquí vídeo de la liberación). La pequeña al ver por primera vez a sus padres no los reconocía. Cristina había olvidado el arameo, su lengua materna, y el idioma que hablan los cristianos de Irak, en la cual rezan y celebran la Eucaristía. La pequeña tenía 3 años cuando fue secuestrada y ahora tiene 6.