La generosa donación del pequeño Ignacio
Ignacio Ruiz de Salazar Abascal es un niño de 5 años que, tras escuchar testimonios de los cristianos perseguidos, se sintió motivado a donar sus regalos a Ayuda a la Iglesia Necesitada. Su abuelo, Javier Abascal, es voluntario de esta Fundación Pontificia y, junto con su hija Cristina, es quien transmite a sus nietos las duras realidades a las que se enfrentan los cristianos en las zonas más pobres y perseguidas del mundo.
«Para nosotros es importante que los niños se den cuenta de las necesidades de otros niños que no tienen nada, eso les hace bien», explica su abuelo
Un regalo de cumpleaños para los más necesitados
El motivo de la donación fue el quinto cumpleaños del pequeño Ignacio, quien decidió colocar una hucha en su fiesta de cumpleaños y decir a todos sus invitados que en lugar de llevarle un regalo, aportaran una pequeña contribución para un proyecto de ACN que resonó en su corazón: la construcción de una capilla en Malaui, para los feligreses de la parroquia de San José de Mathotho. 900 familias parroquianas tienen que caminar 20 kilómetros para poder asistir a Misa o rezar en su iglesia. Con esa nueva capilla podrán asistir a la Misa dominical sin tener que caminar tantos kilómetros de ida y vuelta. «Ignacio quería recaudar dinero para mandárselo a todos esos niños», cuenta su abuelo.
Ignacio cuenta también con el ejemplo de su hermano mayor, Guillermo, quien hace tres años donó el dinero que recibió por su Primera Comunión, a los cristianos perseguidos. Sin duda, su sensibilidad hacia los más necesitados les ha llevado a compartir con gran generosidad sus ahorros y sus regalos.
Gracias, Ignacio, por tu generosidad, por compartir el día de tu cumpleaños con los que más sufren. Y gracias a tu abuelo Javier, por su entrega a esta Fundación y por dar voz, entre los suyos, a la realidad de los cristianos perseguidos. Vuestra familia es un verdadero testimonio de fe y de caridad.