Los sacerdotes no quieren huir de Venezuela: “Hay que resistir y no doblegarnos”
P. Juan José Aldás, rector del Seminario de la Divina Pastora en la diócesis de Barquisimeto, tiene raíces españolas pero no quiere abandonar a su pueblo
ACN, Raquel Martín.- Los últimos que se van siempre cuando las cosas se ponen feas en un país son los sacerdotes. Y en Venezuela está sucediendo lo mismo ante el enquistamiento de la situación. Quien puede, huye de este país donde semana tras semana se agrava la crisis política, económica y social.
Casi no quedan jóvenes ni personas en edad activa para trabajar en Venezuela. Las familias están divididas y desestructuradas. Hay generaciones de jóvenes que están intentando comenzar una vida en el extranjero ante la falta de futuro y la infancia en este país está creciendo sin padres ni madres en casa porque están trabajando en otros países sólo para alimentarles.
5 millones de personas se han marchado
Según las últimas cifras aportadas por Naciones Unidas, el 15% de la población ha huído del país: casi 5 millones de venezolanos se han marchado. Y se espera lo peor, en los próximos tres años la emigración de Venezuela puede llegar a los 10 millones en tres años.
La crisis sin duda ha afectado también a los sacerdotes, religiosos y religiosas del país, que muchos han tenido que coger las maletas, principalmente por problemas de salud. Sin embargo, la mayoría de los líderes de la iglesia han decidido quedarse.
Un rector con raíces españolas
“Mi padre es de Navarra, podría irme. Tengo el pasaporte comunitario y el permiso del anterior obispo, pero he decidido quedarme”, afirma con mucha seguridad el rector del Seminario de la Divina Pastora en la diócesis de Barquisimeto, situada en el interior del país en el estado de Lara.
Juan José Aldás sufre al saber que no tiene mucha comida que dar a diario para sus seminaristas, que llevan desde hace tres años con el mismo par de zapatos. Pero lo tiene claro: “Hay que resistir y no doblegarnos”.
“En mi primera clase de mi primer día en el seminario, mi profesor escribió en latín en la pizarra: “Me quebraré, pero no me doblaré”. Cada día me acuerdo de esa frase que fue profética. Esta frase tiene toda la actualidad para mí y los católicos de Venezuela, afirma el padre Juan José.
Explica que hoy en día el poder en Venezuela da tres opciones para vivir. “Te dicen que tienes que elegir: te unes a nosotros, te vas o te resignas. Muchos para sobrevivir se mantienen cerca del poder y se unen y los que pueden han huido, pero la gran mayoría cae en el peligro de la resignación”.
«Mi misión es mantener a la gente despierta»
“Vivir resignado y sin dignidad es lo peor, es tirar la toalla, vivir sin esperanza y adormecidos”, añade el padre muy preocupado. “Mi misión es mantener en este momento a la gente despierta, que no se duerma en el pasotismo, que no se resigne. ¡Hay que resistir, no doblegarnos!”.
Su experiencia como educador de jóvenes que quieren ser los futuros sacerdotes de una Venezuela dividida y devastada es que esta circunstancia pone a toda la Iglesia en una posición de abandono total.
Según el padre Juan José Aldás, “los católicos en Venezuela estamos en una situación muy parecida a los cristianos en el siglo I. Entonces, ante el mal, resistieron, la alternativa es resistir. Igual que los primeros, ahora tenemos que vivir exclusivamente de la fuerza que viene de lo Alto, estamos confiados, abandonados, hay que rezar y vivir unidos. Nada más”.
No abandonar al pueblo
Su madre la llama por teléfono y de vez en cuando le tienta con la pregunta: ¿qué vas a hacer? ¿te vas a quedar? Y él siempre le contesta lo mismo: “Yo me quedo, mi mujer está aquí. No me voy porque yo me casé. A mí Dios me llamó en Venezuela para servir a la Iglesia. Uno no abandona a su esposa, a su pueblo”, asegura con rotundidad.
“Irse sería una inmoralidad, una traición porque no podemos seguir al Señor sólo cuando hay rosas, cuando las cosas van bien. Es para siempre, es la misma fidelidad que en el matrimonio”, afirma el rector del seminario de Barquisimeto, “lo que más aprecia la gente en estos momentos difíciles es la cercanía y yo soy feliz habiéndome quedado”.
“Antes de Hugo Chávez estaba la iglesia en los barrios acompañando a los pobres, está ahora y estará. Siempre. Vamos a resistir y Jesús vence”, concluye el padre Juan José Aldás.
La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada está apoyando la formación de los seminaristas de Barquisimeto y sostiene a los sacerdotes, a través de estipendios de Misa. El 80% de la diócesis venezolanas reciben ayuda para sostener al clero en estos momentos de enorme carestía, para que puedan seguir adelante en su misión evangelizadora y asistencial.