Sacerdotes del Rosario con una comunidad de fieles en Sri Lanka. (ACN)
4 noviembre 2020

Más de un millón de Misas al año celebradas por las intenciones de los benefactores de ACN

› 40.000 sacerdotes pobres son apoyados a través de estipendios de Misas, una ayuda para sostenerles a ellos y a sus comunidades

ACN.- Más de un millón de Misas, en total 1.378.000, han sido celebradas el pasado año por las intenciones de los benefactores de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) a nivel internacional, por parte de miles de sacerdotes de todo el mundo. Los estipendios de Misas, una pequeña aportación económica en agradecimiento por la celebración de una Eucaristía por una intención particular, son un gran apoyo que permite sostener las necesidades más básicas y continuar con la misión de muchos presbíteros.

En las regiones más desfavorecidas de los cinco continentes, los fieles de las parroquias son tan pobres que no pueden mantener a sus sacerdotes. Por ello, gracias a la comunión de bienes dentro de la Iglesia, ACN ofrece la posibilidad a sus benefactores de que los sacerdotes de estas comunidades puedan recibir un donativo con la solicitud de celebrar Santas Misas. En 2019, un total de 40.096 sacerdotes – o lo que es lo mismo que uno de cada diez de los sacerdotes de todo el mundo- fueron apoyados por ACN a través de estipendios de Misas. 

Un ejemplo del bien infinito de ofrecer una Misa a través de ACN es la misión de los sacerdotes de la congregación de los Padres del Rosario, primera orden masculina contemplativa nacida en Asia, presentes principalmente en Sri Lanka y la India. Es una congregación nativa pobre que cuenta con 25 monasterios y muy pocos recursos. La ayuda es aún más necesaria en tiempos de coronavirus, con la imposibilidad, en ocasiones, de celebrar Misas públicas o de recibir donativos por parte de los fieles que antes se acercaban a los monasterios y ahora no pueden salir de casa: “En el monasterio hemos mantenido nuestros tiempos de oración monástica, la adoración eucarística y la celebración de la Santa Misa. Hemos rezado por la gente y hemos hecho sacrificios. Tengo la sensación de que hemos podido experimentar muchas bendiciones durante este tiempo”, comenta el padre Anil del monasterio de Kochchikade,  Sri Lanka

“Durante este tiempo no tenemos ingresos, pero estamos felices de compartir lo poco que tenemos con nuestros vecinos y los pobres”. Durante el confinamiento, los religiosos han visitado a los necesitados y, con las precauciones necesarias, han llevado la Sagrada Comunión a quienes se la han pedido, han rezado por ellos y también les han llevado ayuda material. “Hemos compartido con ellos lo que nos han dado personas generosas y hemos ayudado a todos los que nos han pedido ayuda, y seguimos haciéndolo dentro de nuestras posibilidades”.

Una Misa cada 23 segundos

Como media, cada 23 segundos se celebra una Misa en un lugar del mundo a petición de los benefactores de ACN. La mayoría de los sacerdotes no solo emplea los estipendios de Misas para su propia manutención, sino también para cubrir parte de los gastos de su actividad pastoral en la parroquia, y para compartir generosamente con personas vulnerables cuyas necesidades conocen bien. Además, en el caso de los estipendios de Misas, los destinatarios reciben siempre el 100% de la aportación del benefactor.

La Diócesis de Tunduru-Masasi está situada en el extremo sur de Tanzanía, en la frontera con Mozambique. El 85% de los habitantes de esta zona son musulmanes, y solo un once por ciento -poco más de 100.000 personas- son cristianos católicos. Las 19 parroquias se extienden por grandes territorios, y los fieles viven dispersos por numerosas aldeas.

«Nos ayudáis a no abandonar a nuestra pobre gente»

Los 34 sacerdotes y el Obispo de la diócesis trabajan incansablemente para administrar los sacramentos y atender a los creyentes. Las largas distancias y los malos caminos dificultan su trabajo, pero no disminuyen su celo apostólico. Mons. Filbert Felician Mhasi, que está muy preocupado por sus sacerdotes, ha depositado sus esperanzas en ACN: «Gracias por vuestro apoyo con estipendios de Misa, estos son un signo de gratitud del creyente por cuyas intenciones se celebra una Misa. No es un “pago”, porque los sacramentos no se pueden vender, sino un gesto de amor con una larga tradición en la Iglesia. Nos estáis ayudando a continuar, a no abandonar a nuestra pobre gente y seguir animando a nuestra comunidades parroquiales». 

Este año es particularmente difícil, pues la pandemia del coronavirus ha provocado un aumento de la pobreza. Además, por miedo a contagiarse, solo un pequeño número de fieles acude a la iglesia, por lo que las colectas son mínimas. En tiempos “normales”, la gente puede al menos mantener a sus sacerdotes con los frutos de las cosechas, pero, como si la pandemia no fuera suficiente, la cosecha de este año ha sido escasa debido a las lluvias torrenciales. 

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